Alberto González Amador, novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lleva una semana que tan solo se puede tildar de horrible. Hace tan solo tres días, el Tribunal Supremo callaba de una forma contundente, tanto al PP, como a la propia Ayuso al emitir un auto en el que afirmaban que la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no “reveló ningún dato de carácter personal” del novio de la presidenta de la CAM cuando afirmó que Ayuso está viviendo en un piso pagado con dinero procedente de un fraude a la Hacienda pública.

Ahora, tan solo 72 horas más tarde, les han vuelto a cerrar la boca, pues la magistrada que instruye su causa por fraude fiscal contra González Amador ha decidido ampliar esa investigación, y ha abierto una pieza separada para investigar una posible comisión de un delito de administración desleal o corrupción en los negocios o ambos.

Esto el mismo día que, en un alarde de bipolaridad en las respuestas que se reciben desde Sol, la presidenta mandaba a sus ‘tropas’ a seguir defendiendo a su pareja atacando a Montero. Este miércoles, el portavoz del Ejecutivo regional, Miguel Ángel García, volvía a arremeter contra Montero diciendo “la pregunta, cuando entramos en la esfera personal de alguien, es preguntarse que alguien que no es el propio interesado, que no es el contribuyente y no es la Administración Pública, por qué conoce información que es de carácter privado”, puesto que Montero había hablado sobre las nuevas informaciones de la Cadena Ser que revelan que González Amador intentó deducirse, entre otras cosas, los gastos de sus vacaciones con la presidenta. También incluyó la reparación del Porche, la compra de un Rolex o de un saxofón. Lo normal que uno se deduce si es autónomo (ironía modo on).

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Pero pobrecitos los habitantes de Sol, pues horas más tarde de estas afirmaciones llegaba el auto de la juez de Plaza de Castilla para volver a poner punto en boca a las tropas de Ayuso, quienes deben estar comenzando a pensar que si montan un circo, les crecen los enanos.

Y a todo lo anterior, hay que sumar una cosita más, que el Tribunal Supremo aseveró que la nota de prensa enviada por la Fiscalía de Madrid para acabar con el bulo de un medio de comunicación sobre el novio de Ayuso no supone un delito de revelación de secreto. Aunque eso sí, los togados decidieron abrir una investigación para averiguar quién filtro los correos reales entre el fiscal y el abogado del novio a los medios. Una investigación que nace jurídicamente muerta, pero que le ha dado oxígeno al PP, pues tras una semana horrible para el novio de la presidenta, es lo único a lo que todavía se pueden agarrar.

Dos procedimientos

Y porqué le digo esto, lector, pues muy sencillo, porque ahora Alberto González Amador se enfrenta no a uno, sino a dos procedimientos que se investigan en paralelo. Sobre primero ya sabemos todos que hasta él mismo se declara culpable, pues su letrado lo puso negro sobre blanco en un correo electrónico que envió a la Fiscalía.

En cuanto al segundo de los procedimientos, el que va a investigar pues un delito de administración desleal o corrupción en los negocios, todavía deberemos esperar un poquito pues, literalmente, se encuentra en pañales. Así pues, lector, la pregunta que ahora surge es ¿cómo harán desde el PP, pero sobre todo desde el entorno de Ayuso, para tratar de tapar este nuevo escándalo de la presidenta y su marido? Sinceramente, quien suscribe estas líneas no tiene ni idea, pero es harto conocido la capacidad de decir barbaridades del entorno de Ayuso, por tanto, no descarten ustedes que, desde los medios regados con dinero de la CAM comience una ‘cacería’ contra la juez que investiga a González Amador. Pero como siempre lector, las conclusiones sobre este y el resto de asuntos que tratamos en estos análisis son siempre suyas.

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