El gerente de Madrid Salud, Antonio Prieto, ha declarado ante el magistrado instructor del caso mascarillas, Adolfo Carretero. Según ha podido saber ElPlural.com de fuentes presentes en la declaración, Prieto ha explicado al juez que él solo analizó la documentación de las mascarillas y de los test, y que dicha documentación no era válida, una parte por estar en chino y, la otra, porque la otra llevaba una certificación italiana que el Ministerio de Trabajo alertó de que era fraudulenta. Hay que recordar que por esos test y esas mascarillas, el Ayuntamiento de Madrid pagó una cantidad desorbitada de dinero y, debido a esto, los empresarios Luis Medina y Alberto Luceño permanecen imputados por estafa agravada, blanqueo de capitales y falsedad documental.

En su declaración, el gerente también ha dicho que no se pudo analizar la calidad del material sanitario porque, en aquellos momentos, no existía un sitio físico que acreditara la viabilidad de los mismo pero que, lo que sí que hizo, fue un informe que le llegó a la jefa de compras, Elena Collado, en el que le explicaba que la documentación no era válida y que recomendaba dejar las mascarillas en "stand by".

Además, también está aportado a la causa un correo electrónico de Antonio Prieto a Elena Collado, en el que Prieto le explica a Collado lo siguiente: "Se supone que (las mascarillas) son FFP2, pero no aparece los certificados oficiales que lo garanticen y el organismo que emite el certificado es el mismo que ya nos alertó el Ministerio de Trabajo de que sus certificados no son válidos".

En cuanto a los test, sí que advirtió de que uno de los tres lotes era "de baja sensibilidad". De hecho, recomendó devolverlo, algo que nunca sucedió puesto que se quedaron sin utiizar hasta que caducaron. Así, de la declaración prestada este viernes se desprende que la decisión final de utilizar el material sanitario no fue de él, sino de la persona encargada de custodiarlas, Elena Collado.