La Fiscalía de la Audiencia Nacional tras recibir declaración a Yassin Kanjaa, autor del atentado en Algeciras en el que murió un sacristán e hirió a un sacerdote, ha solicitado el ingreso en prisión, comunicada y sin fianza, por los delitos de asesinato terrorista, intento de asesinato terrorista, y otro delito de lesiones terroristas. Según fuentes del Ministerio Público, ha pedido la prisión ante el riesgo de fuga, ocultación de fuentes de prueba y riesgo de comisión de otros hechos delictivos por parte del detenido. Kanjaa ha declarado ente el juez.

La causa está secreta, al investigado se le notificará la parte dispositiva de la resolución, el auto en que resuelva el Juez, y solo podrá conocer aquellos elementos de la investigación precisos para poder, en su caso conocer los motivos de las medidas cautelares, que, en su caso, se adopten que le permitan un posible ulterior recurso.

El atentado

Un muerto y un herido fueron el balance de un ataque yihadista ocurrido el pasado miércoles en tres iglesias de Algeciras. El hombre fallecido fue Diego Valencia, sacristán de la iglesia de La Palma, y el herido es el padre Antonio Rodríguez, párroco de la capilla de San Isidro, que recibido una puñalada cerca del cuello y, tras ser operado de urgencia, ya está descansando en su casa. Otro hombre también presentaba heridas pero de ninguna de gravedad. Los hechos ocurrieron antes de las 20.00 horas. El atacante fue detenido y se encuentra bajo custodia de la Policía Nacional en la Audiencia Nacional mientras el magistrado redacta el auto en el que, casi con total seguridad, le decretará prisión. 

Según la versión ofrecida por testigos presenciales del suceso, en la capilla de San Isidro el detenido entró y golpeó imágenes con un machete de grandes dimensiones y vestido con una chilaba. El párroco intentó echarle y, una vez fuera, se volvió hacia él y le apuñaló en el cuello.

Poco después, en la iglesia de La Palma, el presunto terrorista entró gritando en el templo justo cuando estaba finalizando la eucaristía. Tiró al suelo con el machete imágenes, cruces y velas, incluso subiendo al altar mayor del templo. En ese momento el sacristán del templo le imperó a abandonar la iglesia y procedió a amenazarle. Según fuentes consultadas, el hombre estaba saliendo por la sacristía y amenazó a dos mujeres que estaban allí presentes y, de nuevo, el fallecido le instó a marcharse, siendo perseguido por el presunto asesino.

Según los testigos, el fallecido salió corriendo hacia la Plaza Alta y fue alcanzado por el presunto agresor y, tras caer, lo volvió a golpear con un machete y le golpeó en la cabeza de nuevo.