Que la divulgadora de bulos Cristina Seguí no se baja del burro ni aunque la realidad le estalle en la cara se ha evidenciado este miércoles en el Juzgado de Lo Penal Número 10 de Valencia. Seguí se ha sentado en el banquillo, y se enfrenta a una pena de cuatro años y medio de prisión, por divulgar los vídeos sin pixelar de las menores de 12 y 13 años que fueron violadas por una manada en la localidad valenciana de Burjassot. Preguntada por su letrado que sí sabía que ese asunto tiene una sentencia firme de condena para los violadores ha dicho que "sí". Y preguntada por cuál es su opinión ha espetado: "Escuchada la sentencia y visto el vídeo es imposible que sean las mismas niñas. No puede ser que sean las niñas".
Una afirmación marciana, ya que los propios autores reconocieron los hechos. Unos hechos que a una de las menores la ha dejado destrozada, tanto que ha tenido que ser ingresada en un centro para tratar de curar sus heridas emocionales. Es más, la psicóloga forense del Instituto de Medicina Legal de Valencia que la atendió en varias ocasiones ha sido más que clara en sus afirmaciones.
Esta profesional independiente, designada por el Juzgado de Instrucción, ha explicado a la sala: "Tiene una sintomatología concreta debido a la agresión, ese daño se ve muy agravado al publicarse la identidad y genera un estado disfuncional. Hay agravamiento. Los datos eran muy preocupantes y muy serios. Espero y deseo que esté atendida. Estaba francamente mal. Estaban revictimizandola. Ansiedad y depresión. Puede mejorar pero hay que ver al paciente cuando hay un evento muy grave cada uno reacciona de una manera (reír en el vídeo) como mecanismo de defensa. En este caso puede pasar lo que pasó: decía menos mal porque me podían haber hecho mas daño. Es un mecanismo de defensa y no es extraña esa conversación. Me decía que le han arruinado la vida y que ahora todos sabían que eran las niñas violadas".
Rubén Sánchez, el secretario general de Facua, fue la persona, junto con un abogado valenciano, que denunció el asunto y que ha conseguido sentar en el banquillo a Seguí gracias a las pruebas aportadas. En su declaración, Sánchez ha recordado: “Es la persona a la que denunciamos ante la agencia de protección de datos y lleva años lanzando injurias y calumnias. Rastreamos los contenidos que había emitido en diversos canales. Los niñas cuentan lo sucedido y se las puede identificar, Seguí las acusa de estar buscando la fama y llega a decir que buscan dinero. Las criminaliza. Aparece el nick y las convierte en perfectamente identificables”.
“Llega a plantear que sabe por fuentes policiales que ella sabe que estas niñas se han inventado las informaciones, dice que sabe que no son violadores y que las niñas pueden hacerse famosas e irse de bolos y ganar dinero para vivir toda la vida. Negre dice que están fabricando pruebas y que se merecen una hostia. Ella se jacta de haber tenido una enorme repercusión. Cuando se le pide que los borre (los vídeos) ella se jacta de esa repercusión. Clarísimamente se ve que son niñas. Podemos hablar de cientos de miles de personas que vieron el vídeo”, ha apostillado.
Una niña con la vida destrozada
La madre de una de las niñas ha declarado y ha contado que su hija “está actualmente en un centro de protección del menor con tratamiento psicológico y psiquiátrico”. Ha explicado que como consecuencia de la publicación del vídeo por parte de Seguí, la niña “no asistía a clase, cambió de instituto dos veces porque nos cambiamos de localidad. habían identificado a mi hija. Sufrió bullying en el instituto como consecuencia de difusión de vídeos, en dos institutos”.
Ha explicado que la menor, como consecuencia de lo sucedido tras la publicación y difusión de las imágenes “se ha cortado, se ha dañado mucho los nudillos y según me ha dicho los especialistas que la llevan en terapia presenta patrones del trastorno límite de personalidad. ahora tiene 15 años”. Pero es que además “se intentó tirar por la ventana. si no la llego a coger, se tira”.
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