La exdirigente de Vox y presidenta de Gobierna-te, Cristina Seguí, recibía este lunes la que podría ser la puntilla jurídica definitiva en la causa que tiene abierta por la publicación y difusión de las imágenes de dos menores que fueron violadas por una manada en la localidad valenciana de Burjassot. Los menores acusados reconocieron los hechos, lo que, según fuentes cercanas al caso, podría ser un punto de inflexión en el procedimiento abierto contra la comunicadora de extrema derecha, que se enfrenta a cuatro años y medio de cárcel por un delito contra la integridad moral y otro de descubrimiento y revelación de secretos con la circunstancia agravante de género.

El motivo es que Seguí utilizó, entre otras cosas, como defensa en la causa abierta contra ella, el hecho de que según su versión, sus vídeos desacreditaban la versión de las niñas. Sin embargo, han sido los propios menores implicados en esta violación grupal los que han asumido, punto por punto, la agresión sexual a dos niñas de 15 y 17 años.

En su momento, Cristina Seguí no dudó en publicar en su cuenta de la red social X  y en Telegram los vídeos sin pixelar de una conversación que estas menores mantenida en Instagram. Vídeo que posteriormente sí pixeló cuando supo que iba a ser denunciada, y que la Agencia de Protección de Datos le obligó a borrar poco después. Pero ya era tarde y el daño ya estaba hecho. Las menores ya habían sido expuestas en esta red social. De hecho, las niñas están bajo tratamiento sicológico no sólo por la violación que sufrieron, sino por la exposición mediática a la que las sometió Seguí sin su consentimiento ni el de sus padres, pues todas las pequeñas que aparecían en esos vídeos eran menores de edad en el momento de los hechos.

De hecho, ese es uno de los motivos por los que, en concepto de responsabilidad civil, la fiscal Susana Gisbert reclama que la acusada indemnice a una de las menores sobre la que pide alejamiento en la cantidad de 15.000 euros con los intereses legales correspondientes. Los hechos se remontan al 19 de mayo de 2022, cuando Seguí publicó en su cuenta de Twitter y en su canal de Telegram un vídeo realizado en directo un día antes por una menor en la que se recogía una conversación de ésta y dos menores más, acerca de una agresión sexual de la que había sido víctima la niña por un grupo de menores, hecho que fue denunciado.

Este vídeo, que fue inicialmente publicado por la menor en su ámbito privado y de duración limitada por tratarse de una 'historia' de Instagram, fue difundido por la acusada, que contaba con 201.000 seguidores en la cuenta de Twitter, con el siguiente texto: "Está todo mal, no es una niña de 12 sino de 15 o 16, el sexo fue acordado y consentido y lo hicieron para hacerse famosas en TV gracias a medios de difusión como vosotros".

El escrito de acusación

Este texto -siempre según el mismo escrito de acusación- fue redactado y difundido "con la intención de menospreciar a las víctimas de una agresión sexual por su condición de tales, por tratarse de adolescentes de sexo femenino con el conocimiento de que podría provocar reacciones encendidas tanto dirigidas a ellas como a las víctimas de delitos sexuales, tal como, efectivamente se produjo, llegando a ser 'trending topic'".

Asimismo, ese mismo día, tras la publicación del video, el canal Estado de alarma TV, emitido en la plataforma Youtube, se hizo eco del tuit, emitiendo el vídeo bajo la denominación 'Desmontando la falsa manada de Burjassot, con Cristina Seguí', "donde la acusada afirmó que las menores estaban fabricando una prueba falsa y que merecían que sus padres les pegasen una hostia". En esta ocasión se pixelaron las imágenes, pero se mantuvo íntegro el audio. Este vídeo también fue publicado en el programa Estado de Alarma TV en su cuenta de Twitter el 20 de mayo de 2022 con el título 'Desmontando la falsa manada de Burjassot con Cristina Seguí', habiendo alcanzado la cifra de 6.307 espectadores.

El vídeo fue eliminado de las redes sociales a requerimiento de la Agencia Estatal de Protección de Datos. No obstante, la acusada, que había salvaguardado sus propios tuits con la herramienta Tweetstamp, "volvió a publicar una sucesión de tuits encadenados donde aparecían las menores y la resolución íntegra de la Agencia de Protección de Datos". Los enlaces de Internet están en la actualidad deshabilitados por haber sido eliminados.

Como consecuencia de estos hechos, la menor del vídeo padeció de estrés postraumático agravado por la difusión de la publicación y las críticas recibidas, que hicieron necesario el cambio de centro escolar, así como de tratamiento psicológico, que sigue recibiendo, llegando a ofrecer un perfil psicológico totalmente desajustado que podría abocar en un futuro en un deterioro de su salud mental.

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