La carta de la periodista Marivel Vilaplana, en la que explica lo que sucedió durante la comida en El Ventorro tiene una lectura más que dolorosa para los valencianos, especialmente para los familiares de las víctimas. Según la periodista, el presidente Carlos Mazón recibió infinidad de llamadas ese día, lo que desde Presidencia se ha utilizado para explicar que estaba constantemente informado. Pues bien, si eso es así, ¿por qué no se fue del restaurante y decidió quedarse hasta las 18:30 o 18:45 cuando los cadáveres ya flotaban por las calle de L’Horta?
La pregunta no es baladí, y más viendo que Maribel Vilaplana explica en su misiva que Mazón estaba viendo cómo cambiar la televisión pública valenciana, Apunt. Quien suscribe estas líneas no puede dejar de romperse la cabeza tratando de entender cómo el presidente de todos los valencianos, si tan informado estaba, prefirió quedarse viendo como podía convertir Apunt en su ’TeleMazón’ particular, en lugar de hacer lo que de él se esperaba, que era ponerse al frente de la crisis y ponerse al servicio de los valencianos.
Señoras y señores lectores, a mí que vengan y me expliquen qué dirigente con dos dedos de frente, y un mínimo de corazón y empatía, prefiere quedarse en un restaurante de lujo hablando con un periodista como hacerse una tele ad hoc, rollo Maduro, en lugar de poner pies en polvorosa y largarse a gestionar las peores inundaciones que se recuerdan.
Porque, ojo, Mazón sí que habló con su consellera al mando de la Emergencia, Salomé Pradas, mientras estaba en El Ventorro. Así pues, Pradas le tuvo que explicar en la llamada de las 18.16 en la que hablaron durante siete minutos lo que estaba pasando. ¿Y qué estaba pasando?, pues según la instrucción judicial se habló del miedo de rotura de la presa de Forata y de que se iba a enviar un Es-Alert. Pero nada, Mazón decidió quedarse en el restaurante entre 15 y 30 minutos más con el tema de ’TeleMazón’. Ver para creer.
Pero es que la cosa no mejora cuando Mazón por fin decide irse del Ventorro. ¿Por qué si estaba informado de lo peligrosa que era la situación ignoró las dos llamadas que le hizo la consellera al mando de la emergencia, Salomé Pradas, en los momentos más críticos? Y es que Pradas habló durante 33 segundos con él a las 18:30, estando todavía con Vilaplana, pero luego la ignoró.
Mazón estuvo en paradero desconocido dos horas
Solo él sabe, pues nadie más sabe dónde estuvo, con quién o qué hizo entre las 18:30 y las 20:30 que llegó al Cecopi. ¿Con quién y dónde estaba para no cogerle el teléfono a Pradas durante una hora y cuarto precisamente en los momentos más críticos del día de la DANA?. Pradas intentó llamarlo dos veces, a las 19.10 y a las 19.36 horas, pero en ambos casos, las llamadas, fueron canceladas por el presidente. Unas llamadas que decidió no atender precisamente en el momento en el que el Poyo se desbordaba causando la mayor parte de las víctimas mortales.
No fue hasta las 19.43 horas que el presidente se dignó a hablar otra vez con Salomé Pradas. A las 20:11 minutos se mandó la alerta, que como bien define la magistrada del caso, no solo fue tardía (la mayoría de la gente ya había muerto), sino que además estaba mal redactada. Ahora que han leído toda esta cronología, como siempre les digo, lectores, saquen ustedes sus propias conclusiones sobre lo que sucedió aquel 29 de octubre.