El caso Máster llevó a Cristina Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid, ha dimitir de su cargo. Este viernes se ha celebrado la segunda sesión del juicio en el que está siendo juzgada por la supuesta falsificación del acta que acredita la defensa del Trabajo de Fin de Máster (TFM). Así, Cifuentes ha declarado ante el tribunal que no conserva ninguno de los trabajos realizados durante el posgrado cursado en 2012 en la Universidad Rey Juan Carlos. También ha asegurado que no intercambió ni un solo correo electrónico con ningún profesor y que la defensa del TFM fue “informal”.

Pero estas confesiones no concuerdan en demasía con sus palabras cuando se destapó la trama, allá por 2018. Por aquel entonces, Cristina Cifuentes difundió acérrima y airadamente la veracidad de su título, pero terminó dimitiendo acorralada por el escándalo el 25 de abril del mismo año, al sumarse a la polémica el robo de cremas en un supermercado.

En un pleno extraordinario de la Asamblea de Madrid a petición de la oposición celebrado el 4 de abril de 2018 para dar explicaciones sobre las supuestas irregularidades del máster, Cifuentes insistió en su comparecencia en que el máster era “perfectamente real y legal” y achacó las informaciones a una “oposición política” contra ella para intentar “desestabilizar” su Gobierno por su “tolerancia cero ante la corrupción”.

Ni mi currículum ni mis calificaciones han sido falseadas ni falsificadas”, subrayó además de sostener que el TFM lo presentó el 2 de julio de 2012 de “forma presencial” en el campus de Vicálvaro durante unos 10 ó 15 minutos. Para defender que había hecho la presentación del trabajo final, Cifuentes ha aportado un acta desde el primer momento, aunque ahora las profesoras que firmaron ese acta que sustenta la versión de Cifuentes han reconocido que falsificaron el documento tras recibir amenazas y presiones, además de asegurar que no se produjo tal defensa .