Air Europa ha salido al paso de las afirmaciones del exasesor ministerial Koldo García y ha negado rotundamente que Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuviera cualquier papel en la tramitación del rescate público concedido a la compañía durante la pandemia. La aerolínea asegura que "en ningún momento" se le solicitó a Gómez "intermediación o gestión alguna" en el procedimiento administrativo que culminó en la concesión de los préstamos de la SEPI en 2020.

En un comunicado remitido a Europa Press, Air Europa responde así a las insinuaciones realizadas por García en varias entrevistas, donde sugirió que la compañía habría recurrido a Gómez para garantizar la operación de salvamento con cargo al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas. Según el exasesor, la esposa del presidente habría tenido un papel relevante en el proceso, extremo que la empresa desmiente sin matices.

Ni Air Europa ni miembro alguno de la familia propietaria valoró, comentó, consideró, ni realizó pago alguno a la señora Begoña Gómez por ninguna actividad relativa a la concesión de dicha ayuda, ni por ninguna otra actividad”, sostiene la compañía del Grupo Globalia, dirigida por su CEO, Javier Hidalgo.

Además, la aerolínea recalca que Gómez “no tuvo intervención alguna” en el expediente que permitió a la compañía obtener apoyo público tras el desplome de su actividad por la suspensión de vuelos durante la pandemia. Insisten en que la gestión se desarrolló siguiendo estrictamente los cauces previstos por la Administración.

Air Europa subraya que toda la tramitación de la subvención se realizó “con plena sujeción a los principios y normas que regulaban dicho procedimiento administrativo”, contando con informes favorables de los órganos administrativos, así como de empresas consultoras y despachos de abogados que participaron en la evaluación del rescate.

Un relato lleno de grietas

El llamado ‘caso Air Europa’ volvió a encender el debate político cuando el exasesor ministerial Koldo García situó a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, en el centro del rescate público concedido a la aerolínea durante la pandemia. Según su relato, directivos de Globalia habrían planteado compensarla económicamente por una supuesta mediación decisiva en la concesión de los 475 millones de euros aprobados por la SEPI en 2020. Aquellas afirmaciones, repetidas en varias entrevistas, dibujaban un escenario de favores cruzados, visitas privadas y conversaciones destinadas a asegurar el salvamento financiero de la compañía.

El testimonio de García presentaba, además, una narrativa cargada de dramatismo: presiones “brutales”, reuniones en casas particulares y cantidades que, según él, podrían alcanzar el millón de euros. Todo ello situó a Gómez en una posición de señalamiento público sin que, por el momento, hubiera documentos que avalaran esas acusaciones. El relato creció con rapidez en el debate mediático, alimentado por la tensión política y por la sombra alargada del caso Koldo, que ya mantenía bajo escrutinio contratos públicos gestionados durante la pandemia.

Sin embargo, a medida que avanzaban los días, distintas piezas clave del propio caso comenzaron a contradecir la versión de García. Entre ellas, la del empresario Víctor de Aldama, considerado un actor central en la presunta trama de comisiones ilegales. En audios remitidos a la investigación, Aldama rechaza tajantemente la implicación de Gómez y desarma de raíz el principal señuelo del exasesor. “Sobre lo que me cuentas tú de Air Europa —que si ha habido presiones con Begoña y tal—: nada, nada. Nada verdad”, afirma de forma literal en uno de esos mensajes. Que quien aparece vinculado a la operativa interna niegue cualquier papel de Gómez refuerza la lectura de que las acusaciones carecen de sustento real.

A esta contradicción se suma un elemento llamativo: el audio de Aldama exculpando a Gómez no fue incorporado por la UCO en el informe elevado al Tribunal Supremo, pese a que formaba parte del material incautado. Esa ausencia ha despertado interrogantes entre las defensas sobre la consistencia del relato acusatorio y sobre si se han priorizado determinadas líneas narrativas por encima de otras más exculpatorias.

En paralelo, el propio rescate de Air Europa —concedido en 2020 en plena crisis aérea global— continúa bajo escrutinio judicial, aunque la causa matriz sigue centrada en los contratos públicos de emergencia y en la presunta red de comisiones ilegales, no en la operación financiera que salvó a la aerolínea. Ese contexto refuerza la idea de que el rescate nunca fue el núcleo del caso, sino un terreno donde se proyectaron sospechas no respaldadas por pruebas.

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