Desde que se sometió a una cirugía abdominal en enero, Kate Middleton, princesa de Gales, todavía no se había dejado ver públicamente y se desconocía por completo su estado de salud. Este domingo el Palacio de Kensington rompía este silencio con la difusión de una imagen en la que aparece la princesa junto a sus tres hijos con motivo del Día de la Madre en Reino Unido.

Además de mostrar su agradecimiento por el apoyo recibido durante las semanas que ha durado su recuperación, con la difusión de esta imagen se trataba de acallar también la ola de especulaciones que ha provocado su ausencia en la vida pública. Sin embargo, parece que el remedio ha sido peor que la enfermedad, después de que varias agencias de noticias internacionales detectaran que la imagen podría estar manipulada.

En concreto, han sido varios detalles los que levantaron las alarmas. El primero de ellos y más evidente, el puño de la manga izquierda del jersey de su hija Charlotte, donde se puede ver la muñeca desplazada y un trozo de la chaqueta perdido. Además, la rodilla derecha de la hija también parece estar recortada. Otros detalles podrían ser la mano derecha de la princesa que aparece borrosa, parte de la melena de Charlotte, que podría estar recortada, y la ausencia del anillo de casada en la mano de la princesa.

Ante esto, algunas de las agencias más destacadas a nivel mundial como Associated Press (AP), Reuters, Agence France-Presse (AFP) o Getty Images lanzaban la alerta y retiraban de sus páginas la foto. Tanto AP como Reuters coincidían en el detalle de la manga. La primera señaló “una inconsistencia en la alineación”. Por su parte, AFP justificó la retirada de la imagen con “un problema editorial” y señaló que la imagen ya no podía ser utilizada.

Esto responde a los parámetros que siguen muchas de las agencias de noticias en cuanto a la publicación de imágenes editadas o manipuladas. En el caso de Reuters, por ejemplo, solo se permite el uso de Photoshop de “manera muy limitada”, únicamente para recortar o redimensionar la imagen o equilibrar el color. Además, ante el desarrollo de herramientas que se sirven de Inteligencia Artificial y que pueden ser utilizadas para crear fotografías o vídeos falsos, las agencias de noticias utilizan programas específicos para verificar este tipo de contenidos.

Lejos de la intención de Kensigton, esto ha provocado un efecto boomerang para la Casa Real británica que trataba de calmar los ánimos de especulación sobre el estado de la princesa de Gales. Tras demostrar la manipulación de la imagen, cuya autoría se atribuye al príncipe William, la familia real británica vuelve a estar en el punto de mira.

Su intención por mantener el silencio y la privacidad de la vida de sus miembros, ya se hizo evidente hace poco, cuando se conoció que Carlos III padecía cáncer. Desde entonces, no se ha compartido ningún detalle más al respecto.

Sobre la vuelta a los deberes públicos de la princesa de Gales, en enero el Palacio de Kensington había comunicado que hasta Pascua a finales de marzo era probable que no regresara. Hasta que llegue la fecha, desde la familia real siguen su apuesta por mantener bajo llave lo que acontece detrás de las puertas del palacio, aunque ahora, tras la difusión de la imagen manipulada, con mayor atención mediática. 

Horas después de este revuelo, la propia princesa de Gales ha reconocido el error a través de su cuenta de Twitter, alegando que "como muchos fotógrafos aficionados, de vez en cuando experimento con la edición".