Hace 40 años, el astrónomo de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos), Jerry Ehman, detectó en el espacio una señal espacial de 72 segundos de origen desconocido. Era la más potente captada hasta la época y, debido a la sorpresa que supuso aquel hallazgo, anotó la palabra ‘wow’ en una hoja de papel y dio nombre al fenómeno que hasta nuestros días se ha estado conociendo como ‘señal Wow’.

Muchos expertos justificaron este elemento como la existencia de vida extraterrestre más allá de la Tierra. Además, durante muchos años se estuvo investigando el verdadero origen de la señal, con teorías que iban desde un mensaje de otra civilización lejana hasta alguna interferencia cercana al radiotelescopio.

Todos los intentos posteriores de obtener una señal de la misma dirección no encontraron nada inusual. Hasta que hace poco se demostró que dicha señal pudo ser ocasionada por el paso de un cometa, y que lo que se ha estado creyendo durante los últimos 40 años ha sido una filfa.

Teorías acerca de la señal

El radiotelescopio Big Ear, que fue el que captó la señal, se valía de la rotación de la Tierra para escanear el cielo. Por la velocidad de rotación de nuestro planeta y la ventana de observación que tenía el telescopio, este sólo podía observar un punto cualquiera durante 72 segundos. Por esto mismo se dio por hecho que solo una señal extraterrestre se registraría durante ese periodo de tiempo, y que la grabación de la intensidad de esa señal mostraría un pico gradual durante los primeros 36 segundos, para luego tener un descenso gradual.

En base a esto se desarrollaron tres teorías: que la señal podía provenir de una emisión de radio satélite artificial que justo atravesó la órbita; un acontecimiento astronómico de gran potencia; o el contacto con una civilización más avanzada tecnológicamente con un potente transmisor.

La verdadera teoría

El astrónomo Antonio Paris, del St. Petersburg College (Florida), cree que el fenómeno ha sido revelado. Después de examinar el cometa 266P/Christensen, ha logrado fijar varias señales potentes semejantes por su carácter. Además, él mismo observó cometas del mismo tipo que registraron las mismas emisiones.

Su teoría presentada en 2016, cuando indicó que la señal ‘Wow’ podría haber sido producida por los cometas 266P/Christensen y P/2008Y2(Gibbs), se basa en que todos estos cometas están rodeados por enormes nubes de hidrógeno que producen este tipo de señales.

A pesar de esta hipótesis, Paris refuta la teoría en favor de la existencia de vida extraterrestre en otros planetas, y abre la opción de que su descubrimiento ayude a determinar la naturaleza de otras señales que se capten en el futuro.