El Comité Técnico de Árbitros (CTA) fue el primero ente en reaccionar a las informaciones sobre los pagos del FC Barcelona al exvicepresidente del organismo arbitral José María Enríquez Negreira. Este jueves el máximo organismo rector del fútbol español ha hecho lo propio. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se ha desmarcado del excolegiado y ha insistido en que ya no forma parte del estamento, además de anunciar que se personará en cualquier procedimiento judicial de manera particular.

El organismo presidido por Luis Rubiales, siguiendo los pasos del CTA -dependiente de la propia RFEF- han negado cualquier vinculación del actual estamento arbitral con el que fuera número dos del comité Enríquez Negreira. “Con la llegada del actual equipo de gobierno, se renovó la cúpula del CTA, cesando a los anteriores directivos, incluyendo al excolegiado”, ha precisado el ente federativo mediante un comunicado emitido este mismo jueves, 24 horas después del estallido mediático del caso.

La RFEF, en el escrito, ha anunciado además nuevas líneas de acción que se instaurarán tras el estallido del caso Negreira, como el control exhaustivo de los “ingresos” de los árbitros al margen de sus emolumentos. El máximo órgano rector del fútbol español precisa que estudiarán cualquier montante que “pudiera estar relacionado con el fútbol a los efectos de poder evaluar y verificar la efectiva y real inexistencia de conflictos de intereses” a todos los miembros del estamento arbitral.

El Departamento de Integridad de la federación abrió el mismo miércoles una “información reservada dirigiendo requerimientos tanto a los responsables del CTA como al FC Barcelona”. Asimismo, el organismo acordó en paralelo “personarse en los procedimientos judiciales que se sigan sobre este asunto”.

La RFEF ha anunciado que adoptará las “medidas legales correspondientes dentro del marco de legalidad que debe imperar en todas estas situaciones”, aunque lo hará en el momento en el que disponga de toda la información “suficiente”. Consideran “imprescindible” poner en conocimiento del público y los medios de comunicación diversas consideraciones. En este sentido, el órgano presidido por Rubiales subrayó que desde entonces se exige “declaración de no conflictos de intereses a todos los miembros de “diversos órganos y empleados”. Además, en otro documento “ampliado” que todos sus componentes han de presentar y firmar.

Asegurarse "neutralidad"

El escándalo persiste en el fútbol español y amaga con ensancharse en los próximos días. Las revelaciones de Què t’hi jugues han destapado un aluvión de informaciones que estrechan el cerco sobre Enríquez Negreira y el FC Barcelona. A la revelación del montante total (1.685.142,8 millones de euros) que el club catalán pagó a la empresa del excolegiado Dasnil, 95 S.L. entre los ejercicios 2016 y 2018, se ha conocido que en sus informes, la Agencia Tributaria reflejó que el vínculo de ambas partes aseguraba al conjunto culé que no se tomaran decisiones arbitrales en su contra. “Es decir, que todo fuera neutral”, recoge el informe de la AET en alusión a la declaración del exdirectivo.

El cuadro catalán admitió ante el Fisco su “relación mercantil” con la empresa de Negreira, reclamando una prórroga del requerimiento para reunir toda la documentación necesaria. La relación entre el Barça y el ex número dos de los árbitros expira el 5 de junio de 2018, con la última factura que se conoce hasta la fecha. O lo que es lo mismo, un mes después de que Luis Rubiales ganara las elecciones a la RFEF y liquidara la era Ángel María Villar, quien ya llevaba un año apartado del máximo órgano rector del fútbol español tras ser cesado por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) al vulnerar la neutralidad del proceso electoral.

El expresidente del Barça Josep María Bartomeu defiende que esta práctica se extiende desde el año 2001. Asimismo, asegura que la relación mercantil con Negreira terminó al entender la directiva culé que se necesitaba “ahorrar dinero”. No obstante, ha defendido la práctica en las páginas de El Mundo, arguyendo que “todo el mundo tiene estos informes y es normal”.