Más de 36.000 internautas (y subiendo progresivamente) han firmado ya una carta dirigida a Julián López Martín, obispo de León, y la Nunciatura Apostólica de España en la que reclaman la expulsión del párroco Jesus Calvo por decir que el cáncer de Zerolo puede ser un "castigo de la providencia". "Lo que defiende Jesús Calvo no son valores cristianos, morales, éticos, cívicos, constitucionales ni democráticos", argumenta esta iniciativa del portal de peticiones Change.org.

Un 'pellizquito de monja' del obispado claramente insuficiente
El obispado de León emitió un comunicado en el que censuraba las palabras del sacerdote pero, al mismo tiempo, aseguraba que su labor pastoral la realizaba con "normalidad". Se limitó simplemente a prohibirle que hablara de política. Según indica la nota, Calvo se comprometió a no intervenir en más programas de televisión, una promesa que no tardaría en romper ya que, volvió a hablar de la polémica con Alerta Digital, el medio ultraderechista en el que dio rienda suelta a su homofobia y donde cargó contra Cáritas por ayudar a subsaharianos. En conversación con ellos, mostró su orgullo de colaborar con ellos y se mostró “tranquilo aunque no sorprendido por las histéricas y rabiosas reacciones procedentes de los sectores más anticlericales de la sociedad española, lo que a su juicio no hace sino dar validez a sus manifestaciones sobre la fe y la moral”.

En la petición de Change.org, sin embargo, hay un error en uno de los datos que baraja ya que asegura que Calvo reclamó la pena de muerte para los homosexuales. En realidad fue para los que practican o facilitan abortos. Dijo en concreto: "“Hay mucha basura social. Se ha quitado la pena capital desgraciadamente, que es doctrina de la Iglesia católica y habría que eliminar a mucha gentuza de esa que está haciéndole la vida imposible a los inocentes”.