El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, acudió el pasado viernes a la ciudad cordobesa de Palma del Río a escuchar las reivindicaciones de los Colegios de Periodistas de España con motivo de la asamblea anual del Colegio de Periodistas de Andalucía. Once comunidades tienen ya un colegio profesional del Periodismo y la Comunicación Audiovisual creado por una ley autonómica de los respectivos parlamentos.

La legislación española dice que cuando existan dos o más colegios autonómicos, existirá un Consejo General de Colegios del ámbito profesional correspondiente, que debe ser creado por una ley estatal. Pero el proyecto de ley de creación de este órgano no ha visto la luz todavía, pese a los esfuerzos desplegados por todas las organizaciones profesionales. Durante el mandato de Mariano Rajoy todo estaba a punto, pero el adelanto electoral truncó el calendario previsto para la presentación del proyecto de ley que contaba con el respaldo unánime de todos los partidos.

Por lo tanto, la reivindicación sigue viva y hay que valorar el gesto del ministro Bolaños de sentarse con los periodistas y debatir la necesidad y la urgencia de disponer de un Consejo General del Periodismo, que salde la deuda legislativa con este colectivo y pueda servir para la interlocución eficaz con el Gobierno de España. En el contexto actual de lucha contra la desinformación y la fabricación de noticias falsas y bulos, la existencia de un Consejo General de Colegios de Periodistas contribuiría a fortalecer la coordinación de los colegios autonómicos y las múltiples iniciativas desplegadas por estas corporaciones para lograr una alfabetización mediática de la ciudadanía.

Los colegios profesionales, corporaciones de derecho público, conviven con las asociaciones provinciales de la prensa, aglutinadas en la FAPE (Federación de Asociaciones de la Prensa de España), que tradicionalmente han sido las organizaciones sobre las que se ha articulado la práctica del periodismo. Aunque no se haya creado todavía el Colegio de Periodistas de Madrid, este Gobierno o el que salga de las próximas elecciones generales debería tener en cuenta que España no es solo Madrid y que hoy más que nunca es urgente impulsar todas las iniciativas que sirvan para paliar la crisis de los medios de comunicación, frenar la precarización del trabajo periodístico, fomentar la profesionalización de la comunicación en el sector público y defender la titulación universitaria para el ejercicio del periodismo, entre otras reivindicaciones.

Sin un periodismo ético y responsable, no hay democracia. Los periodistas debemos, también, hacer autocrítica y reconocer que nos falta consenso en cuestiones tan vitales como la regulación del secreto profesional que está en la Constitución y que ha suscitado críticas de algunos colegas cuando la ministra de Justicia ha anunciado el propósito gubernamental de abordarla en esta legislatura.