Este sábado, Raphael ha dado un concierto en el Wizink de Madrid al que han acudido un total de 5.000 personas en un momento crítico para la salud y cuando las comunidades autónomas están endureciendo las medidas para frenar la transmisión del coronavirus.

La última vez que Madrid fue testigo de un concierto multitudinario fue en marzo cuando Camela consiguió llevar a 10.000 personas al emblemático recinto madrileño.

El cantante comenzaba así su show: "Qué felicidad más grande tenerles enfrente. Esta noche es muy importante para mí y sé que para muchos de ustedes también, que esto empiece a rodar". A pesar de la ilusión mostrada por Raphael, las redes se han posicionado con indignación por ver un concierto multitudinario en un momento tan crítico para los españoles y señalan a Ayuso como culpable por permitirlo.