El portero griego del Granada Karnezis (i, abajo) detiene un balón ante Recio (i, arriba) y el argentino del FC Barcelona Leo Messi (d), durante el partido de Liga en Primera División que disputan en el estadio Nuevo Los Cármenes, en Granada. EFE



Hace dos temporadas, un colaborador de Pep Guardiola, antes de que anunciara que no renovaría su contrato con el FC Barcelona, comentó a diestro y siniestro: “El entorno de Messi es insaciable y donde llega, pilla y arrasa con todo”. Ni le presté atención. ¿Por qué no le creí? Pensé que era otro predicador interesado de Joan Laporta. Además, acertó en todas sus predicciones fatalistas para el Barça: Rosell, Zubizarreta, el intermediario de turno, los perdigones… Auguró que o encontraban al Noé de turno, o el diluvio de los Messi se llevaría por delante todo el Camp Nou.

Estudiado y planificado
Es un hecho. Antes de Nochebuena, la familia de Messi se marchó a Argentina, y sin jugar su hijo, con el Barça batiendo récords en la primera vuelta y con cinco puntos de ventaja sobre el Real Madrid.  Entonces, incluso el Tata Martino apuntaba a ser el mejor entrenador de 2015. Y el dimitido Sandro Rosell (así lo reconoció a sus colaboradores) estaba convencido de que pasaría a la posteridad de los barcelonistas por diseñar el ‘Espai Barça’, el nuevo Camp Nou.

El papá de Neymar cantó
Y se lío parda. El padre del brasileño se fue de la lengua y, de forma casual, porque todo es casual, se publicó su millonario contrato. El del hijo, y el del padre. Y claro, el vestuario del Barça alucinó. Y estalló. El resto, ya lo saben. Dimitió el presidente Sandro Rosell (¿qué tiene que ocultar para no dar todavía explicaciones de su fuga? ¿Tiene algo que ocultar?) y Messi, al saber que el padre de Neymar había cobrado 40 millones de euros por estampar su desconocida firma, se dejó llevar y empezó a caminar por todos los campos.

Despelote en el vestuario
Y Xavi, Iniesta, Busquets, Alves, Pedrito, el lesionado Puyol y hasta el utillero barcelonista también decían: “Si ha cobrado 40 millones de euros, que corran Neymar y su padre y que ganen este partido”. Y así, el Barça, horas antes de afrontar la final de la Copa del Rey ante el Madrid, se encuentra en esta  rocambolesca situación y con este vacío de poder. Con una directiva que se aguanta con alfileres para no convocar elecciones, sin entrenador ya que está cuestionado por todos y con un vestuario fragmentado y donde cada uno va a la suya.

Jorge Messi, negocia y pilla
Durante meses ha esperado su momento. Ha ingresado a Montoro, a cuenta, 15 millones de euros por si acaso, pero no ha dicho ni mu. Su hijo, el mejor jugador del mundo, tuvo que declarar en septiembre en un juzgado de Gavá y tampoco dijo nada. Pero ha llegado su momento mágico. Y, o los directivos del Barça se ponen a sus pies (tras regalar en cuatro días la Champions y la Liga), o todos se van al garete. ¿Se imaginan que suerte correría Bartomeu (el presidente okupa y sus directivos) si además ahora Messi anuncia que se va al Paris Saint Germain o al City?

Los Messi, se aprovecharán
En el vestuario todos lo saben. Va de bueno, pero machaca. Me lo dijo el entorno de Bojan, de Eto'o, de Ibrahimovic y también el de Guardiola. Y con la que está cayendo en Can Barça, o los que están le dan el oro y el moro, o se va. Por eso, el presidente Bartomeu (es la última carta que le queda para seguir en el cargo y no convocar elecciones este verano) le ha ofrecido a Messi un contrato irrechazable para que no se vaya y firme con los ojos cerrados.

El Barça del futuro, hipotecado
Si acepta la última oferta de esta directiva (¡tonto sería si no lo hace¡) Messi cobrará del Barça en los próximos años: 20 millones de euros netos (en Cataluña se tributa el 56%) por temporada y además el club renunciará al 50% de todos los contratos que genere el crack argentino por sus derechos de imagen. ¡Una pasta!  Y encima, compensarán al padre del argentino (o devolverán) lo adelantado a Montoro. ¡Faltaría más!

A los Messi, les toca el gordo
Y antes de Semana Santa. “¿Pero la directiva del Barça está loca? ¿Han calibrado el coste de este nuevo contrato”, comenta a ELPLURAL.COM un reconocido asesor fiscal de la Ciudad Condal y que defiende los intereses de varios jugadores de la plantilla blaugrana. “Messi es una máquina generando ingresos y si esta directiva, por agradar a su padre, renuncia a su 50% y si le paga tanto, a la larga, como la pelotita no entre y el argentino siga andando, conduce a la institución la ruina”, asegura nuestro afamado asesor fiscal.

¿Cuánto exige el padre de Messi?
Es insaciable. Una barbaridad. Una locura para el Barça. Por muchos jeques árabes o magnates rusos que le llamen a diario. ¿Cuánto? 20 millones de euros netos por temporada. Primas a parte por títulos conseguidos. Además del 50% que percibía el Barça por los derechos de imagen. Es decir, otros 15 millones de euros netos. Y además, Bartomeu, el presidente provisional, como no quiere convocar elecciones anticipadas, pagará al padre de Messi otros cinco millones de euros netos (al club le costará otros 10) para que renuncie a su contrato con Turkish Airlines, uno de sus actuales patrocinadores. De lo contario, Qatar Airways dejará de pagar su astronómica cantidad a la entidad si no puede utilizar la imagen personalizada de Leo Messi.

El padre de Messi, nuevo presidente
Es lo que aseguran y repiten los colaboradores de Joan Laporta y de Johan Cruyff. Y se quedarán cortos si el Barça pierde este miércoles en Valencia ante el Real Madrid la Copa del Rey. Ahora, si Bartomeu y Zubizarreta ya le han prometido el oro y el moro a Jorge, al padre de Messi, igual Leo se pone las pilas y…

Ya se sabe, entre el honor, la entrega y el compromiso, para algunos, lo segundo siempre es lo primero.