Los espacios naturales de España están cada vez más contaminados afectando incluso a zonas protegidas. Un análisis de muestras de 49.000 datos concluye que la presencia de contaminación podría estar afectando al patrimonio cultural español. Este tipo de contaminación es conocida como contaminación difusa, se acumula a partir de abundantes fuentes de contaminación puntual.

Este análisis es una iniciativa de Ecoembes, como forma de entrar en consciencia con el impacto que supone el abandono de basura en la naturaleza. El estudio ha determinado la presencia de más de 119 partículas contaminantes. También, se ha estudiado la presencia de microplásticos en el entorno, la contaminación del agua, y muestras del suelo también determinaban factores contaminantes en su composición. Estos resultados concluyen en lo necesario de apostar por la innovación, el ecodiseño y el uso de materiales poco dañinos para el medioambiente además de la necesidad de colaboración ciudadana.

Un informe con el que se pone a disposición de la comunidad científica y de las administraciones públicas una herramienta nueva para poner en marcha estudios que permitan cerrar el ciclo y evaluar cómo estos contaminantes están afectando a la flora, la fauna e incluso a la salud humana.

La directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, apunta que “teníamos claro que era necesario emprender un estudio de estas características en nuestro país para poder contar con una muestra representativa del impacto que supone la basuraleza. Los datos confirman lo que ya estábamos viendo en los transectos a pie que realizamos en LIBERA desde hace cuatro años: estamos ante un problema ambiental y de salud pública generalizado y, por tanto, de primer orden que requiere de soluciones sobre el terreno, de seguimiento para comprobar cómo evoluciona y de mucha más investigación”.

Además, añade que: “Los resultados de este estudio revelan los síntomas de una enfermedad grave. El sistema insostenible de producción y consumo lineal en el que vivimos no solo arrasa los recursos naturales, sino que los contamina. Urge un cambio de modelo donde la responsabilidad, la eficiencia, la sostenibilidad y el respeto por nuestra riqueza natural se impongan al resto de valores que integran la cadena de producción y consumo. Necesitamos avanzar muy rápido hacia la circularidad y abrir, sin miedos, el debate sobre el cuánto y el cómo consumimos”.