Una organización de piratas informáticos espió a periodistas, abogados del expresidente de la UEFA Michel Platini y a una senadora francesa. ¿El objetivo? Proteger la reputación de Qatar, cuyo mundial, otorgado con un espeso manto de oscuridad, está a las puertas de arrancar. Los hackers focalizaron sus labores en las cuentas de correo electrónico privadas de más de un centenar de víctimas, según la investigación conjunta de The Sunday Times y The Bureau of Investigative Journalism.

Si el manto de opacidad y las sospechas de corrupción en torno al Mundial de Qatar 2022 fueran pocas, esta investigación publicada por The Sunday Times arroja aún más polémica a trece días de que ruede el balón en una Copa del Mundo fuera del calendario habitual. Las críticas hacia uno de los mayores eventos deportivos tocan todos los palos posibles: desde la homofobia, las violaciones de los derechos las mujeres o el fallecimiento de más de 6.500 obreros inmigrantes durante la construcción de los estadios.

Lo cierto es que la celebración de esta edición de la Copa del Mundo estará manchada por la esfera extradeportiva. De hecho, la sombra hunde sus garras en la construcción de los estadios o en el subyacente trato a la mano de obra inmigrante, sino desde su designación. Una investigación del periodista Jonathan Calvert, del mismo Sunday Times, desgranó los tejemanejes que confluyeron en la adjudicación a Qatar en 2010.

Espiados por Qatar

La información que publica Sunday Times, junto a The Bureau of Investigative Journalism, expone la contratación de un grupo de piratas informáticos cuyo objetivo no era sino espiar a toda aquella personalidad crítica con la designación de Qatar como sede del Mundial de 2022. Entre este selecto grupo, constituido por más de un centenar de víctimas, destaca precisamente la figura de Calvert, objetivo de la banda por sus pesquisas en torno a la adjudicación del torneo.

Pero también se hackearon los correos privados personales de una senadora francesa, crítica con Qatar. De hecho, Nathalie Goulet, que ha confirmado en Twitter ser una de las víctimas de la banda con sede en la ciudad india de Gurugram, acusó en su momento al país emiratí de “financiar el terrorismo islámico”. Junto a ella figura también el nombre del abogado húngaro-estadounidense Mark Somos, quien presentó una denuncia ante el Alto Consejo de las Naciones Unidas para los derechos humanos contra la familia real catarí.

El que más sorprende, sin embargo, es el nombre de Michel Platini. La leyenda del fútbol francés era, en el momento de la concesión, presidente de la UEFA y, por ende, un firme defensor de la Copa del Mundo en el país emiratí. Conformó, junto con Joseph Blatter, su homólogo en la FIFA, un binomio con más sombras que luces en el marco ejecutivo del fútbol internacional.

Tal fue la espesura de su gestión al frente del órgano rector del balompié europeo, que acabó en el banquillo. No obstante, la Justicia suiza declaró inocente al exfutbolista y también al otrora cabeza de cartel de FIFA, el helvético Joseph Blatter. Fue durante su declaración ante el juez cuando la banda de piratas informáticos posó sus ojos sobre él, por lo que pudiera decir sobre la adjudicación del Mundial a los emiratíes. Según The Bureau of Investigative Journalism, el expresidente de la UEFA fue espiado “poco antes de que hablara con la policía francesa”.

Según esta investigación, el propio Platini no ha ocultado su sorpresa. A través de un comunicado, el exfutbolista ha avanzado que estudia “todos los pasos judiciales” que está decidido a dar si las informaciones de The Sunday Times y del Bureau son “exactas”. De hecho, precisa que todo apunta a una “violación manifiesta y vil de su vida privada”.

Sede en la India

Los datos recabados por los periodistas indican que las operaciones de espionaje se iniciaron en diciembre de 2019 por un grupo de piratas cibernéticos indios. La banda opera bajo el nombre de Whitelnt y su cerebro dirige toda la acción desde un cuarto piso en un suburbio de la ciudad india de Gurugram. El cabecilla de la organización es un joven indio de 31 años que responde al nombre de Aditya Jain. Un experto en ciberseguridad que colabora en la sucursal del país de la empresa Deloitte.

Jain dirige la red de ciberdelincuentes desde años y fueron contratados por detectives privados británicos con el fin de expoliar los buzones del correo electrónico de sus víctimas mediante el phishing. Sus operarios despliegan virus maliciosos que se apoderan de cámaras y micrófonos de los terminales infectados, lo que les permite ver y escuchar a sus objetivos

A comienzos de este 2022 que ya entra en su fase terminal, reporteros de The Sunday Times se desplazaron de incógnito a la India en calidad de investigadores de empresas, cuyo fin era contratar a hackers. Los periodistas se pusieron en contactos con varios piratas, entre los que figuraba el propio Jain. Fue así como establecieron relaciones y dieron pie a interminables intercambios de mensajes.

En las conversaciones, Jain se jactaba de uno de sus proyectos relacionados con la FIFA. “He trabajado con éxito en la obtención de datos de correo electrónico de algunas personas de alto nivel (en relación con la FIFA) con sede en el Reino Unido, a petición de un cliente patrocinado por un país del Golfo”, escribió el ciberdelincuente, quien además de ofrecer acceso a información de “fuente cerrada del correo electrónico y los ordenadores de la persona de interés”, confirmaba que el Estado en cuestión no era otro que Qatar.

El Proyecto ‘Sin Piedad’

Este trabajo periodístico rima en consonancia con la investigación de medios suizos como SRF o Swiss Info, así como la agencia de noticias Associated Press, que destaparon que Qatar ordenó la puesta en marcha del denominado “Proyecto Sin Piedad”. Es decir, la maniobra del país emiratí para ser la sede de la Copa del Mundo de la FIFA de 2022, proceso que concluyó en 2010 y que levantó sospechas y críticas a partes iguales en el mundo del fútbol a todos los niveles.

Qatar puso toda la carne en el asador con un plan de dimensiones bíblicas, que engordaba el presupuesto hasta los 387 millones de dólares. Las redes de esta telaraña se expandieron por los cinco continentes, inmiscuyendo a las más altas esferas del gobierno catarí en labores de espionaje, incluyendo al actual Emir.

Los documentos publicados en esta investigación paralela prueban que el objetivo era asegurarse de que nada ni nadie haría peligrar la celebración del Mundial en Qatar, para lo que se contrató a la empresa estadounidense Global Risk Advisors, propiedad de Kevin Chalker. La compañía trabajó en el campo de la imagen, mejorando la proyección internacional del país del Golfo Pérsico, sobre la que pesaban acusaciones de financiar al terrorismo islámico, así como infracciones en materia de Derechos Humanos.

Según estas informaciones, el FBI investiga las actividades de la mentada compañía. Se sospecha que los espías vulneraron cuentas de correos electrónicos, ordenadores, teléfonos de amigos e incluso familiares de dirigentes y asesores de la FIFA.

El entonces heredero y actual emir Tamim bin Hamad Al-Thani dio la orden de la puesta en marcha para registros telefónicos y de las bandejas de entrada de las víctimas. Las pesquisas de los medios suizos apuntan a una persona clave en la celebración del Mundial venidero. Se trata de Hassan Al Thawadi, quien supervisaba el ciberespionaje en nombre del estado emiratí. De hecho, fue director general de la candidatura ganadora y actualmente es secretario general del Comité Supremo, organismo encargado de organizar el Mundial.