El 28 de junio se celebra el Día Internacional del Orgullo LGBT. El origen de esta celebración se remonta a los disturbios de Stonewall, Nueva York, en 1969. El pub Stonewall era frecuentado por personas del colectivo y cuya gran mayoría eran jóvenes a los que su familia había echado de casa debido a su condición.

La madrugada del 28 de junio de 1969 hubo una redada policial en el pub que se convirtió en una reyerta y acabó con cuatro agentes heridos y una treintena de personas detenidas en el Distrito Sexto. En respuesta, surgieron de forma espontánea diversas revueltas y manifestaciones violentas que pretendían protestar contra un sistema que perseguía al colectivo. Sylvia Rivera, una mujer transgénero que acudió ese día al pub, fue la primera en responder a la represión policial cuando esta la increpó por no llevar ropa acorde con su “género” por ley. Marsha P. Johnson, una mujer transexual afroamericana, se encontraba con su amiga Sylvia Rivera. Ambas aquella noche intentaron impedir que la policía reprimiera a los asistentes. Tras los incidentes en Stonewall, Marsha y Sylvia dedicaron su vida al activismo y fueron unas pioneras.

Estos disturbios, junto con hechos posteriores, son considerados como las primeras muestras de lucha del colectivo en el mundo y marcó el inicio del movimiento de liberación de muchas personas. El Día Internacional del Orgullo con sus marchas y celebraciones, continúa teniendo un trasfondo claramente reivindicativo en un mundo donde las desigualdades siguen estando muy presentes.

En este año 2020, debido a la pandemia, los actos previstos para la celebración del Orgullo se han cancelado y se ha decidido celebrarlo con eventos y actividades online. Las organizaciones del colectivo LGBT coinciden en que la pandemia agrava los problemas que ya afectaban a algunas personas del colectivo, y que esta celebración debe servir como una píldora de fuerza, ánimo y afán de superación.