Está claro que el fenómeno de las ilusiones ópticas es una tendencia que ha venido para quedarse. En esta ocasión, la población norteamericana ha amanecido con un nuevo acertijo visual que ya se ha convertido en viral: ¿Dónde está el gato?

El reto propone encontrarle en menos de diez segundos, algo que resulta realmente difícil (aunque no imposible). Y es que el mínino es sin duda un maestro en el arte del camuflaje. 

¿Por qué nos cuesta tanto encontrar al gato?

En este caso podría achacarse a la "ceguera al cambio", un término introducido por el psicólogo Ronald A. Rensink hace dos décadas. Según las conclusiones de sus investigaciones, los cambios dramáticos en el campo visual pueden pasar desapercibidos si son introducidos de forma gradual. Es lo que nos ocurre cuando hacemos un pasatiempo de hallar las diferencias entre dos imágenes. La razón es que nuestro cerebro no es una cámara de vídeo y no procesa contínuamente todos los detalles que los ojos ven. Y ahí es donde se esconde nuestro gato protagonista.

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