Maximiliano Stia es un argentino peculiar por dos motivos: no le apasiona el fútbol y es mago. Comenzó sus estudios de magia, circo y actuación cuando era todavía adolescente. Entonces el mundo no funcionaba como ahora, no existía una carrera de ello, sino que había que encontrar un "mentor" dispuesto a enseñarte. "Recuerdo ir muy lejos de mi casa a horarios rarísimos", cuenta a este medio.

En un acto de valentía y apoyado por su profesor de universidad, dejó los estudios de química para que lo que hasta entonces hacía de extraescolar pasara a ocupar toda su vida profesional. 

Así se desplaza a Barcelona, donde funda el palacio de la magia. Allí enseña a niños con el eslogan Cree en tu magia, unas palabras contra la estigmatización del arte. "La magia y el potencial es algo que tenemos todos, pero la gente se empeña en hacer lo que hace el otro por dinero, porque está de moda, por miedo… en vez de aferrarse a lo que lo convierte en único, lo que le va a hacer realmente feliz", defiende. 

Tras recorrer medio mundo este año aterriza en León, donde cada 25 de diciembre da el pistoletazo de salida el festival de magia más grande de Europa. Él ejerce por primera vez -antes no había podido por compromisos- como maestro de ceremonias, una especie de "capitán de barco" que une a los artistas con el público. 

El Festival Internacional Vive la Magia lleva celebrándose 19 años en esta localidad -aunque llega a otras partes de la propia comunidad y de España- de la mano de Juan Mayoral y Huan Zheng. El hecho de que este espectáculo no se haga en una gran ciudad dota de oportunidades a la bautizada como España Vacía, de la que todo el mundo se acuerda en verano, pero poca gente en invierno. 

Ahora que es Navidad, bienvenidos a un maratón de Harry Potter en directo, entre cuyo reparto se encuentran magos que han actuado en privado para el mismísimo Leonardo Dicaprio (es el caso de Pere Rafat). Que la magia y la ilusión llene estas fiestas y vuestra vida. 

PREGUNTA (P): En pocas palabras: ¿Qué es la magia?

RESPUESTA (R): Algo que todos tenemos dentro. La posibilidad de cumplir nuestros sueños.

P: Desde hace unos años la disciplina ya puede estudiarse en la universidad, pero ¿cómo se preparaba antes alguien que quería ser mago?

R: Había que encontrar un mentor que accediera a darte clases y adaptarte a él. Yo recuerdo ir muy lejos de mi casa a horarios rarísimos, mientras que ahora lo tenemos a un clic. 

P: ¿Quién fue tu mentor? ¿Te dedicabas en cuerpo y alma a la magia o era una especie de extraescolar, por así decirlo?

R: Yo empecé con 17 años, en el instituto. Estaba estudiando para ser técnico químico y al margen me preparaba en tres sitios diferentes para magia, circo y actuación. Intuía que tenía que saber actuar, me gustaba el circo -iba a una escuela a aprender malabares, trapecio, humor- y, por otro lado, magia. Pero era extraescolar totalmente.

Cuando estaba en la universidad me puse también a trabajar y un día un profesor me dijo que por qué no me dedicaba todo el tiempo a la magia, si era mi pasión. Y le hago hice caso. Me levanté y me fui del aula (risas). A partir de ahí he trabajado toda mi vida de mago. 

P: No deja de ser llamativo, a la par que bonito, que fuera tu profesor quien te diera el empujón, porque no siempre es habitual ese apoyo en alguien adulto. De hecho, te quería preguntar qué pensaron tus padres cuando les dijiste que querías ser ilusionista.

R: Mi padre tuvo un accidente cuando yo tenía trece años, mientras corríamos los dos, y falleció, aunque siempre he creído que le habría encantado porque era muy payaso. 

Y mi madre ha sido toda su vida profesora de dibujo y pintura. De algún modo el arte siempre estuvo presente en mi familia, y quizás por eso ella me dijo que, si a mí me hacía feliz, a ella también. A veces el mero hecho de que alguien de tu familia no esté en contra te lo pone fácil y yo tuve mucha suerte con mi madre. 

Mi padre falleció cuando yo tenía trece años, pero creo que le habría encantado lo que hago. Y mi madre me dijo que, si a mí me hacía feliz, a ella también. A veces el mero hecho de que alguien de tu familia no esté en contra, te lo pone fácil

P: Me ha encantado eso último de que a veces basta con alguien de tu entorno no esté en contra de lo que haces. ¿La magia sigue estando estigmatizada? Quiero decir, cuando alguien dice que quiere ser mago, ¿puede recibir todavía hoy la misma respuesta que si dice que quiere ser cantante y la distinta a si dice que quiere estudiar ADE, por poner solo un ejemplo?

R: Sin duda, la gente aún tiene prejuicios con todo lo que abarca el mundo artístico. Existe la idea generalizada de que quien hace algo relacionado con el arte va a pasar hambre, que eso no tiene ningún futuro. A mí me han preguntado muchas veces que en qué voy a trabajar después de esto y es como ‘No, no; es mi trabajo'. Hay un pensamiento muy extendido de que el arte está solo asociado con el placer y que no puedes ganar dinero con ello.

Creo que la sensación es muy profunda porque hay mucha gente a la que le habría gustado dedicarse a otra cosa y no lo ha hecho, a veces porque no ha podido, evidentemente, luego hay muchos factores; pero otras veces por miedo a que si lo hacía no iba a ganar dinero o no le iba a salir bien. 

Yo tengo aquí el palacio de la magia y el eslogan es Cree en tu magia. La magia y el potencial es algo que tenemos todos, pero la gente se empeña en hacer lo que hace el otro por dinero, porque está de moda, por miedo… en vez de aferrarse a lo que lo hace único, lo que le va a hacer realmente feliz. 

Yo amo trabajar para niños y adultos, hacerlos reír… y siempre intento que se lleven algo del espectáculo. 

La gente aún tiene prejuicios con el mundo artístico. Existe la idea generalizada de que quien hace algo relacionado con el arte va a pasar hambre, que no tiene ningún futuro

P: En cuanto al certamen, ¿por qué León? 

R: No te puedo dar la respuesta exacta, pero Juan Mayoral (director artístico) es de León y fue una idea suya. Los magos tenemos la suerte de que vamos viajando por todo el mundo y existen por ahí festivales maravillosos. Por eso imagino que se le pudo ocurrir a él en uno de esos viajes, o no. Nunca se lo he preguntado, la verdad. 

En cualquier caso, creo que hay pocas cosas tan gratificantes como llevar lo que haces y lo que ves por el mundo a tu ciudad. Y qué mejor para ello que traer a esta localidad magos tan maravillosos… 

P: Es la primera vez que puedes estar en toda la gala. Antes te había sido imposible por otros compromisos laborales y demás. Y vas a estar invitado, precisamente, por Juan Mayoral, que es amigo. Pero ¿qué hace exactamente un maestro de ceremonias de un festival de magia?

R: Está feo que lo diga yo (risas), pero es una pieza fundamental para que el público disfrute de la gala porque es un poco el que une a todos los artistas entre ellos y con los espectadores. Es difícil que la comunicación sea siempre cercana y amena. Yo lo definiría como el capitán del barco, y es que en función de cómo tú estés de ánimos vas a influir en la gente y en los propios magos. 

P: ¿Cuál es la principal diferencia entre este año y los anteriores?

R: Principalmente que los magos son todos diferentes. Tenemos la suerte de que los organizadores tienen muy buen gusto en este sentido. Al final, alguien puede ser el mejor maestro de ceremonias, pero si los números no son buenos no puede hacer maravillas y este año me lo han puesto fácil porque los números son increíbles. 

Sobre ello, creo asimismo que el público se va a ir más que encantado. Además, va a haber muchas sorpresas que no puedo desvelar. 

P: Cuando ElPlural.com publicó un reportaje sobre la edición de 2021 nos llamó la atención un nombre, el de Frank Mery. Para quien no lo sepa, era un premio que se daba en homenaje a este mago que tuvo un final trágico relacionado con la salud mental. ¿Qué grado de importancia tiene cuidarse también psicológicamente y tener la cabeza bien amueblada en una profesión que, paradójicamente, está relacionada con el humor, las ilusiones…? No sé si incluso algunos contáis con psicólogos particulares como, algunos deportistas, cantantes o actores.

R: Es un aspecto fundamental. Sin ir más lejos yo tengo un coach con el que trabajo para poder encauzar todas las ideas, la energía, las dudas que se presentan… La salud mental es imprescindible en cualquier ámbito. Al margen de eso intento hacer deporte, estudiar y mantener un equilibrio. Sobre todo, porque estas son profesiones en las que la gente te aplaude y es fácil perder el norte. 

La salud mental es imprescindible en cualquier ámbito, sobre todo en profesiones en las que la gente te aplaude y es fácil perder el norte

P: Aunque el nombre que aparece en el festival es el de León, recorre otras muchas partes de Castilla y León e incluso de España. El show se divide además en bloques y llega a la conocida como España vacía, principalmente, pero dentro de ella también a colegios, hospitales, cárceles... No te pido una respuesta sobre todo esto, sino que le des el valor que tiene.

R: Tiene muchísimo, sin duda; y es de nuevo muestra del trabajo de la organización. La sensación de ver reír, sobre todo a los niños, es tan bonita... La gente que vive en la ciudad tiene más facilidad para acceder a estos espectáculos que los que viven en municipios más reducidos, más si cabe en invierno. Para nosotros es una sensación excepcional.

P: La última pregunta es casi obligada. Tengo entendido que no eres muy futbolero, pero en consonancia con lo primero que hemos hablado, el ambiente que se ha vivido estos días en Argentina con la victoria del Mundial, esa aura en torno a Messi y a Maradona... ¿también es magia?

R: Efectivamente, soy un argentino un poco atípico en ese sentido. El fútbol no es mi pasión, aunque sí me gusta ver el Mundial. 

Con todo, creo que que los artistas -los futbolistas en este caso- podamos hacer sentir emociones a la gente ya es algo mágico. Que once personas movilicen a más de un millón por un amor hacia algo o alguien, sea lo que sea, para mí es no solo magia, sino esperanzador. Igual que si lo hace un músico o cualquier otra persona.