Castilla y León acoge este mes de diciembre y hasta después de Reyes el festival de magia más grande de Europa: el Festival Internacional Vive la Magia. Un acontecimiento sin precedentes que desde hace ya 18 años convierte a la Comunidad en el epicentro del mundo mágico.

El espectáculo cuenta con algunos de los magos e ilusionistas más prestigiosos de la geografía internacional, llegados desde Estados Unidos, Japón, Corea, Argentina, Holanda y, por supuesto, España. Sin embargo se trata de un campo más difícil para las mujeres y es que, como lamenta J.R, persona muy cercana al show y que ha preferido mantener el anonimato, "el 90% de los magos conocidos son hombres. A nivel mundial, me refiero, no en el festival. En cuanto a las mujeres, hay como unas 10/12 magas de prestigio”.

En este sentido, el responsable de Relaciones institucionales del evento, Manuel Matilla, asegura a ElPlural.com que siempre intentan incluir a alguna maga en el espectáculo: “En la Gala Internacional de Magia, que es el corazón del espectáculo –dura dos horas aproximadamente y se transmite en otras provincias como Oviedo y Donostia- siempre intentamos tener alguna mujer. De hecho la directora escénica del festival es Huang Zheng, una de las magas más prestigiosas del mundo… pero por el festival han pasado todas”.

El evento contempla más de 500 actuaciones, nueve bloques programáticos entre los que se encuentra una escuela para niños, magia en las calles y plazas, magia “social” para personas enfermas o recluidas y un largo etcétera para que la magia llegue a todas partes.

Magia en los pueblos, colegios, cárceles y hospitales

Más allá del contenido, que es mucho y muy variado, sus responsables insisten en una cuestión sobre la que trabaja el festival que, para ellos es sumamente importante: llevar las oportunidades a los pueblos y a la España Vacía. Algo así como hacía en su día Federico García Lorca con el teatro y su ‘Barraca.

En este sentido, el espectáculo de magia más grande de nuestro país y el continente aterriza en diferentes pueblos y localidades de las provincias de León (92), Segovia (44), Burgos (5), Ávila (16), Palencia (2) y Salamanca (41).

“Nos dimos cuenta de que todo el mundo se acuerda de la España Vaciada para llevar eventos culturales en el verano, que curiosamente es cuando vamos los de las ciudades, pero pensamos que en invierno también debíamos llegar a las personas que se quedan en los pueblos, que son las que los sostienen”, explica Matilla.

Festival vive la magia

Él mismo cuenta también a este medio que a la gente del entorno rural le dan la posibilidad de comprar las entradas antes que el resto y que le ponen un autobús para que pueda disfrutar de los espectáculos.

Pero esta idea no se detiene en las pequeñas localidades. La intención es que la disciplina alcance también los colegios, los hospitales, las cárceles y hasta la mismísima calle.

El encargado de Relaciones Institucionales y Comunicación nos explica que el espectáculo se divide en nueve bloques pragmáticos. Cada uno de ellos se ocupa de un espacio y la mayoría van dirigidos a personas con oportunidades reducidas.

En su origen, cuando Juan Mayoral, uno de los magos más prestigiosos de España se junta con Javier Candero, socio de Eje Producciones Culturales S.L., el festival solo disponía de una Gala Internacional en el Teatro Emperador, hoy cerrado. Sin embargo, ahora la magia llega a todos los rincones.

"Cada bloque programático tiene su significado. El de ‘La Ruta de la Magia’ busca sacar a la gente de sus casas en aquellos lugares donde no hay tanta actividad y a su vez que la gente entre en edificios de gran valor patrimonial a los que nunca han entrado (el Palacio Conde Luna, el teatro San Francisco…)”, relata Matilla.

“También tenemos el bloque de ‘Magia en la calle’, pensado para quienes no pueden permitirse pagar la entrada, el de ‘Magia social’, que son actuaciones que se hacen en hospitales, Cruz Roja, cárceles, asociaciones de alzheimer…”, continúa.

Reconocimiento a quienes sentaron las bases

El premio del festival es, asimismo, un reconocimiento al mundo mágico, y es que este conlleva muchas cosas, pero la más repetida entre nuestras fuentes es una: ilusión.

Por ello, el Festival Internacional Vive la Magia busca también estar en deuda con los que asentaron las bases de este arte. De ahí que uno de los grandes atractivos sea el premio Frank Mery, una especie de estatuilla de la magia que, como nos cuenta J.R, equivaldría a un “Goya” en el cine.

 
FRANK MERY, autor Renzo Roa

Frank Mery (nombre artístico), aunque por desgracia no muy conocido, sirvió además de inspiración a Juan Mayora, ahora también Director artístico del Festival Internacional Vive la Magia.

Originario de Mérida, Mery actuaba en los colegios a cambio de una peseta por cada niño. Viajaba, como cuenta Mayoral “de aquí para allá en trenes destartalados, durmiendo en frías pensiones para llevar su magia de pueblo en pueblo, de escuela en escuela, para que los niños disfrutaran de su espectáculo de ilusionismo”. Todo ello lo hacía, además de por “ilusión” –de nuevo  este gran término- para sacar a su familia adelante.

Paradójicamente y también a destacar, dada la importancia que los problemas de salud mental ocupan de un tiempo a acá en la sociedad, el mago acabó con su vida arrojándose a las vías del tren, pero dejó un gran legado tras él.

En una nota personal, Mayoral cuenta que su ídolo le dijo una vez: “No te dediques a esto, porque es una mala vida, complicada”. A la vista queda que no atendió su sugerencia. Gracias a ello hoy todo el mundo puede ser partícipe de su espectáculo.