La suerte ya está echada. Este viernes Luis Enrique daba la lista de 24 jugadores que representarán a España en el Mundial de Qatar, que arranca este domingo 20 de noviembre. Una lista sin sorpresas, en el que la mayor novedad se encontraba en la presencia de Ansu Fati, la joven estrella del Barça. Asimismo, tras presentar la nómina de jugadores, el seleccionador nacional respondía a las preguntas de los medios de comunicación sobre la convocatoria y sobre todos los asuntos que envuelven a la Copa del Mundo, el torneo por excelencia a nivel de selecciones.

En este sentido, preguntado sobre si le supone un problema jugar en Qatar, el técnico asturiano lanzaba balones fuera y aseguraba que está “encantado” de representar a España “donde sea necesario” y que él no tiene “capacidad de decisión” puesto que es “seleccionar” y “no político”. “Ojalá la calidad de vida de todas las personas pueda ser mejorable en el mundo, pero ese no es mi trabajo”, subrayaba al mismo tiempo que recordaba que la decisión de organizar el torneo en el país asiático fue de FIFA “a pesar de las polémicas que sabían que se iban a generar”.

“Es evidente que es un país al que le envuelven una serie de situaciones conflictivas, pero esto es... depende en lo que te quieras fijar: si te quieres fijar en lo positivo y en las cosas que se intentan cambiar para intentar generar una sociedad más justa o si te quieres centrar simplemente en los problemas”, señalaba Luis Enrique.

Asimismo, el seleccionador nacional también justificaba su ambigüedad con el tema –algunos combinados como Alemania o Dinamarca ya han mostrado abiertamente sus reticencias con el torneo- afirmando que no tiene “capacidad de decisión”. “No arreglo, no soy político, no tengo capacidad de decisión. Decidido mi lista o la lista que considero debe representar a nuestro país y me centro en el fútbol”, sentenciaba.

Un Mundial polémico desde el principio hasta el final

En este sentido, cabe recordar que el Mundial de Qatar –que se ha demostrado que se designó de manera fraudulenta, al igual que el de Rusia en 2018- ha generado un intenso debate social debido al escaso respeto que existe en el país asiático con los derechos humanos y con los colectivos más reprimido. De hecho, recientemente un embajador de la Copa del Mundo llegó a afirmar que la homosexualidad “causa daño a la mente”, mientras que el ministro de Exteriores qatarí aseguró que no iban a cambiar sus “valores por cuatro semanas”.

Además, el torneo también ha generado muchas críticas –cada vez hay más voces que piden un boicot- por las duras condiciones laborales en las que han trabajado los operarios a destajo en la construcción de los estadios. Unas obras en las que, según una información de The Guardian, más de 6.500 personas habrían fallecido –la versión oficial de la FIFA y de Qatar es que la cifra de muertos es únicamente de tres-.