La nueva normalidad ya está aquí, pero los comportamientos insolidarios no cesan. Atrás quedaron ya las fiestas de balcones mientras los españoles se vuelcan en viajar y en las terrazas de los bares, aunque aún hay excepciones, como el de una pareja de Lugo que se enfrenta a una multa de 90.000 euros tras montar una gran celebración en la terraza de su domicilio. La Policía local se presentó en la casa, pero les cerraron la puerta en las narices y se negaron a disolver la juerga.

El altercado tuvo lugar en la terraza de un domicilio de la Rúa Ramón Montenegro de Luego. Allí se presentaron los agentes de la Policía Local la noche del pasado sábado, alertados por los vecinos que llamaron al 092 alertardos por los "ruidos molestos que procedían de una vivienda", según narra El Progreso de Lugo. Los policías constataron que en la terraza se estaba celebrando una gran fiesta con una aglomeración de gente que hablaba a gritos y cantaba a voz en grito la música que sonaba a todo volumen, "imposibilitando el descanso de los vecinos".

Cuando se presentaron en la casa de la fiesta, los agentes fueron recibidos por la inquilina de la vivienda y por un chico que se identificó como pareja de ella. Cuando les pidieron poner fin a la fiesta para dejar de molestar a los vecinos, la pareja "se negó rotundamente" y dirigieron a los policías "frases de menosprecio", además de negarse a identificarse. Tras ello, le cerraron la puerta en la cara a los policías.

Los agentes de la Policía Local de Lugo realizaron una medición del ruido, que sobrepasaba los límites legales, tras lo que iniciaron una investigación para saber quiénes eran la inquilina y su pareja, a los que consiguieron localizar gracias a las redes socailes. Ambos eran quienes "se habían negado a identificarse, a cesar en las molestias, y que eran además los autores de una conducta de falta de respeto a los agentes". Y procedieron a denunciarles por no identificarse (lo que supone una multa de 30.000 euros a cada uno) y por falta de respeto a los agentes durante su trabajo (600 euros de sanción). Además, la inquilina de la casa fue denunciada por superar los decibelios, lo que supone una multa de 30.000 euros.