No solo Marruecos ha sido golpeada por el desastre en las últimas horas, también Libia, donde los fallecidos podrían contarse por 20.000 en los próximos días a medida que se vayan descubriendo más cuerpos.

En el momento de redacción de estas líneas, centradas en un informe publicado por las autoridades en las últimas horas, se han confirmado la recuperación de al menos 5.400 cadáveres, pero se prevé que sigan ascendiendo a medida que el mar, hacia donde fueron arrastrados edificios enteros con familias en su interior, siga sacando a flote personas sin vida.

En la otra cara de la moneda, tratando de arrojar luz entre tanta oscuridad, se encuentran las más de 300 personas que han sido halladas con vida por los equipos de rescate, según anunciaba el primer ministro del país, Abdulhamid al-Dbeibah.

En la misma línea, los medios sanitarios piden a la prensa actuar con “cautela” después de que la Media Luna Roja de Libia hubiera confirmado el fallecimiento de más de 10.000 personas en la ciudad.

Trabajos de rescate en Libia
Imagen facilitada por la ONG IAE.
 

Libia desde dentro

La ministra de Defensa, Margarita Robles, explicaba el pasado jueves que la Unidad Militar de Emergencias (UME) permanecerá en Marruecos y negaba que fuera a desplazarse a Libia después de las inundaciones provocadas por la rotura de dos represas a raíz de una fuerte tormenta. La responsable gubernamental lamentaba de esta manera no poder operar al no haber recibido una petición expresa de ayuda por parte de las autoridades del lugar.

Hay equipos de rescate que sí se han desplazado al epicentro de la catástrofe y que, en el ejemplo concreto de los protagonistas de estas líneas, optaron por no hacer lo propio en Marruecos argumentando que la orden también aquí había llegado demasiado tarde, que la posibilidad de encontrar a personas con vida -principalmente por el tipo de construcciones del país vecino- llegados a ese punto era imposible y porque, tras hablar con militares desplegados en la zona y barajar muy detenidamente las ventajas y las desventajas, no iban ya a ser capaces de ayudar de la manera en la que les gustaría.

Intervención, Ayuda y Emergencia (IAE) es una ONG que trabaja principalmente con perros de rescate y que, para la presente ocasión, explican ellos mismos, han desplegado a doce personas voluntarias y tres canes. El pasado jueves partían hacia Libia movilizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Embajada del Estado de Libia en Madrid, tras recibir una petición directa de ayuda en emergencia tras las inundaciones que ha causado el ciclón Daniel.

Con todo su empeño, material de rescate y de localización electrónica -800 kg-, así como material acuático para poder trabajar en las zonas en las que el agua es más elevada, se han dirigido hacia donde muchos lo han perdido todo en busca de un soplo de esperanza, la vida, en este caso; no sin saber de lo complicado del escenario. “El tiempo siempre va en contra de la supervivencia”, recordaba en declaraciones emitidas a ElPlural.com la organización.

En la tarde del pasado jueves, la ONG informaba de que se encontraba desde hacía horas operando en la zona cero de las inundaciones, concretamente entre los restos de lo que hasta hace unos días eran edificios de cuatro y ocho plantas, para intentar encontrar en las edificaciones no inundadas alguna posibilidad de vida. Sin éxito por el momento. “Hasta el momento de la noticia no ha sido posible localizar con vida”, lamentaba la organización, incidiendo, eso sí, en que “continuarán hasta que la posibilidad quede completamente descartada”.

Trabajos de rescate en Libia
Imagen facilitada por la ONG IAE.
 

Propagación de enfermedades

En otro orden de cosas, las autoridades libias alertan de otra posible consecuencia derivada de las inundaciones que ha puesto fin a la vida del 20% de la población de Derna: la propagación de enfermedades. “Necesitamos equipos especializados en la recuperación de cadáveres (…) Temo que la ciudad sufra una epidemia debido al gran número de cadáveres bajo los escombros y el agua”, señalaba en declaraciones a Reuters al-Ghaiti.

¿Responsabilidad humana?

La imagen de la ciudad es desoladora, tal y como muestran las imágenes que acompañan a este artículo: árboles caídos, edificios prácticamente imposibles de ver por el nivel del agua y una ciudad en ruinas.

Con todo, expertos coinciden en que la catástrofe se podría haber evitado. Este jueves el jefe de Organización Meteorológica Mundial, dependiente de la ONU, Petteri Taalas, sentenciaba que la mayoría de víctimas “podría haberse evitado” si el servicio meteorológico “hubiera funcionado con normalidad”, ya que éste podría haber emitido advertencias. “Las autoridades de gestión de emergencias habrían podido evacuar a la gente y podríamos haber evitado la mayoría de las víctimas humanas”, alegó.

Imagen facilitada por IAE
Imagen facilitada por la ONG IAE.
 

Otro hecho que no pasa desapercibido es que las presas que se derrumbaron a las afueras de Derna no habían recibido mantenimiento durante años (se habían construido en 1970). Asimismo, el líder del consejo que representa la presidencia de Libia internacionalmente, Mohamed al-Menfi, destacó en Twitter (ahora X), su petición al fiscal general del país para iniciar una investigación sobre el posible involucramiento humano en los errores de las presas y en la obstrucción de los esfuerzos a la ayuda internacional.