Lo demostró Aitana Bonmatí al ser elegida como mejor jugadora del año por la UEFA. A pesar de estar coronada en la cima, no perdió de vista lo importante. “Como sociedad no debemos permitir que se produzca abuso”, dijo con tono severo a una audiencia global. El fútbol no lo es todo. Hay victorias más relevantes y lecciones que podemos aprender.

El escándalo de Rubiales nos enseña que el deporte afecta al concepto que emana de un país y una sociedad. La marca España pasó de la ópera al vodevil en cuestión de segundos, lo que tardó el presidente suspendido por la FIFA en empañar la gloria de las jugadoras.

La imagen de España en el mundo está enturbiada por Rubiales. Si consultamos a Google los temas relacionados a la palabra ‘Spain’ en su buscador, los temas ‘UEFA-Federación de Fútbol’, ‘Sexismo’, ‘Cuerpo técnico’ o ‘Me Too’ están entre los seis más buscado en todo el planeta. Y tiene mucha influencia la resaca de la fiesta testicular de Rubiales y el espectáculo de su clan en Motril (Granada).

La iglesia Divina Pastora –donde la madre de Rubiales se encerró a hacer una huelga de hambre de dos días– ha atraído a decenas de periodistas. Entre ellos, nos llama la atención la presencia de un corresponsal internacional que escribe en España sobre fútbol para The Times en la sucursal deportiva The Athletic, Dermot Corrigan.

La primera pregunta que le hacemos es: “¿Conoces a Luis Berlanga?”. La escena que el corresponsal vive en Motril no es para menos. “No lo conocía, pero estos días me han hablado de él y entiendo el concepto”, ya saben, el climax narrativo lleva al esperpento cuando los poderosos no ceden en sus estatus, siempre relacionado a una pulsión sexista insaciable, puro disparate berlanguiano, “la verdad es que nunca había vivido algo así en todos mis años de profesión”.

Ya más serios, preguntamos a Dermot Corrigan, periodista irlandés, por el impacto de esta historia en la visión de España, “obvio que da una imagen muy negativa de lo que es España. No solo por los actos de Rubiales en la ceremonia de la final, también por su posterior manera de contraatacar a Jenni Hermoso y las jugadoras”, explica el enviado especial a Motril.

Corrigan destaca el contraste entre dos caras opuestas: la de Rubiales y la de voces políticas que condenan su conducta, “ahí está la reacción de gobierno, con las voces de Pedro Sánchez o Yolanda Díaz e Irene Montero… pero sus mensajes confrontan con la versión más conservadora y machista”.

Un único protagonista

El caso Rubiales ha despertado debate en todas las redacciones: ¿es un tema para deportes, política o sociedad? Puede enfocarse desde el ángulo de la gestión deportiva exitosa o la corrupción anquilosada en el fútbol; pero también sobre la lucha feminista por la igualdad o el exceso de “falso feminismo como lacra”, que dijo el propio Rubiales; o enfocarlo desde el aspecto social, a lo Berlanga, con la madre, el padre y el tío aireando las vergüenzas de una familia cuya cena de Noche Buena debería estar en todas las plataformas.

“Para mí, por encima de todo, el protagonismo está en Rubiales”, explica Corrigan, que desecha cualquier notoriedad y responsabilidad para Jenni Hermosos y las jugadoras. “Llevo años siguiendo al personaje y todos sus frentes abiertos, hasta ahora, era difícil colocar los temas de la política del fútbol español en la agenda internacional. Pero ahora, él se ha puesto en el centro de la actualidad”.

El corresponsal del Times menciona el historial de choques de Rubiales desde que hace un lustro comenzó a presidir el fútbol nacional. Luchas contra La Liga, con sus propios jefes de gabinete y familiares, las corruptelas para llevar la Supercopa a Riad pactando comisiones millonarias con el exfutbolista Gerard Piqué o su última opa para hacerse con los derechos de retransmisión del fútbol modesto.

“El Rubiales Gate me está sirviendo ahora para contar al mundo todo ese historial y explicar lo peculiar de su círculo, su padre, su madre y su tío”, dice Corrigan, que aclara que dar el peso al personaje y a la sombra de corrupción que le acompaña no resta relevancia al pulso feminista de este episodio. De hecho, The Times sigue la historia de las 15 jugadoras que se enfrentaron a Rubiales y al entrenador Jorge Vilda y la evolución del fútbol femenino con una periodista en exclusiva.

Una historia aún por concluir

Con la salida de la madre de Rubiales de la iglesia y el fin de su huelga de hambre, las televisiones han perdido un plató desde el que contar el tema Rubiales. Ahora, la información se diluye en el proceso del TAD y del CSD hacia su destitución.  “Si Rubiales es destituido, las condiciones en las que se va, lo que hace después… todo eso definirá la historia, pero también la imagen de España”, valora Corrigan.

La visión internacional de España ha estado marcada en los últimos años por avances sociales en materia de igualdad. Pero esa imagen de la política debe confirmarse con los hechos a ‘pie de césped’ y propiciar cambios estructurales que, para empezar, despejen el machismo de la gestión del fútbol. “En mi opinión, echar a Rubiales no es suficiente”, explica el corresponsal, que espera más cabios en la estructura del fútbol para “dar más poder a las jugadoras, no podemos obviar que hay 81 futbolistas de primer nivel que en estos momentos no quieren jugar con la selección”. 

Corrigan termina por compartir su sorpresa por la evolución del fútbol femenino. Llegó a España para informar de nuestro fútbol hace 12 años, cuando La Liga contenía dos de los máximos valores históricos del balompié, Messi y Cristiano. Ahora, con los equipos españoles mirándose el bolsillo y el éxodo de talento hacia mejores pagadores en Arabia Saudí o Inglaterra, toca cambiar la mirada al fútbol.

Después de todo, hasta la mejor jugadora del año, Aitana Bonmatí, lo confirma: el compromiso y la conciencia social están por encima de los designios del balón sobre em verde. Como habrás oído muchas veces, “el fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes” (Arrigo Sacchi).