FACUA-Consumidores en Acción se ha dirigido al Ministerio de Sanidad para reclamarle que trabaje por la regulación del acceso de los menores de edad a los productos con elevadas cantidades de cafeína.

La asociación muestra su preocupación ante el perjuicio que puede suponer para los jóvenes la ingesta descontrolada de bebidas energéticas o productos de cafeína en polvo, entre otros, al no existir una limitación o restricción en su venta que pudiera evitar o condicionar que los menores hagan un uso inapropiado.

En este sentido, FACUA ha tenido conocimiento de la venta de productos de cafeína que se comercializan en un formato que recomienda su ingesta por vía nasal. Es el caso de Energy Sniff, cafeína en polvo cuyo método de uso señala que "te eches en el dorso de la mano el tamaño de un guisante de producto para inhalarlo. Según la energía que necesites. Podrás repetir cada 1-2 horas. No te pases con la dosis diaria de un gramo ni hagas más de diez inhalaciones por orificio nasal".

Desde FACUA advierten de que se trata de un caso especialmente grave, no solo por el alto contenido en cafeína cuyo abuso puede provocar serios problemas de salud, sino porque imita en su forma de consumirlo a la de ciertas drogas ilegales como la cocaína.

Así, la asociación recalca que el fácil acceso de los menores a este tipo de productos no sólo propicia que puedan consumir una cantidad de cafeína que no resulta recomendable para su edad, sino que el exceso de esta sustancia puede conllevar problemas de salud, en ocasiones de gravedad e incluso irreversibles.

El Real Decreto 906/2003, de 11 de julio, relativo al etiquetado de los productos alimenticios que contienen quinina o cafeína, recoge con respecto a las bebidas energéticas que "para los niños, un aumento diario de cafeína puede producir modificaciones pasajeras del comportamiento, aumentando la excitación, la irritabilidad, el nerviosismo o la ansiedad".

En relación a esto, FACUA señala que si las bebidas energéticas ya se recoge que pueden ser especialmente perjudiciales para los menores, peor aún será el acceso a la cafeína pura en polvo, donde resulta más sencillo realizar una elevada ingesta de esta sustancia.

Por todo ello, la asociación pide a la Secretaría de Estado de Sanidad del Ministerio que dirige Mónica García que aborde "de forma clara, directa y urgente" esta cuestión, realizando las modificaciones oportunas que sean necesarias para evitar que los menores de edad puedan acceder a productos con elevadas dosis de cafeína, tanto en lo que se refiere a bebidas energéticas como a estos productos de cafeína en polvo, o a cualquier otra comercialización que pudiera aparecer en el futuro.

De igual forma, reclama que se controle específicamente el acceso a aquellos productos cuya ingesta pudiera ser asociado por los menores a comportamientos vinculados a la ingesta de estupefacientes ilegales.

Los riesgos para los menores de los productos con elevada cantidad de cafeína

La ingesta de cafeína se ha convertido en una práctica común entre los adolescentes y niños, especialmente con la proliferación de bebidas energéticas, refrescos y algunos suplementos alimenticios. Sin embargo, esta tendencia conlleva serios riesgos para la salud de los menores de edad, una población particularmente vulnerable a los efectos adversos de esta sustancia.

La cafeína es un estimulante que afecta el sistema nervioso central, y aunque en adultos puede mejorar la concentración y disminuir la fatiga, en niños y adolescentes su consumo excesivo puede provocar una serie de problemas de salud. Uno de los efectos más inmediatos es el aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que en algunos casos puede desencadenar palpitaciones, arritmias o incluso eventos cardíacos graves, especialmente en aquellos con condiciones preexistentes no diagnosticadas.

Además, la cafeína puede interferir con el sueño, un aspecto crítico para el desarrollo físico y cognitivo de los menores. La falta de sueño reparador puede llevar a problemas de comportamiento, dificultades de aprendizaje y un menor rendimiento académico. En un círculo vicioso, el cansancio acumulado puede inducir a los jóvenes a consumir más cafeína para mantenerse despiertos, agravando los problemas de salud asociados.

Otro riesgo significativo es el impacto de la cafeína en el sistema nervioso en desarrollo. La exposición repetida a esta sustancia puede causar dependencia y tolerancia, lo que significa que se necesitarán dosis cada vez mayores para obtener el mismo efecto estimulante. Esto puede predisponer a los menores a una mayor vulnerabilidad a otras sustancias adictivas y establecer patrones de comportamiento poco saludables desde una edad temprana.

La cafeína también puede causar problemas gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea, debido a su efecto irritante sobre el revestimiento del estómago. Además, puede afectar la absorción de calcio, crucial para el crecimiento óseo en niños y adolescentes, aumentando el riesgo de desarrollar osteoporosis y otras afecciones óseas en el futuro.

La regulación de la comercialización y la venta de productos con cafeína a menores de edad es esencial para mitigar estos riesgos. Muchos expertos en salud abogan por la implementación de etiquetas más claras y advertencias en los envases de bebidas energéticas y otros productos con alto contenido de cafeína. Además, es crucial la educación tanto de los padres como de los jóvenes sobre los posibles efectos adversos del consumo de cafeína y la promoción de alternativas saludables para mantener la energía y la concentración, como una dieta equilibrada y hábitos de sueño adecuados.

boton whatsapp 600