Mavys Álvarez fue víctima de violación por su entonces pareja, el famoso futbolista Argentino Diego Armando Maradona, blanco de las polémicas por su controvertida vida, las drogas y los escándalos sexuales.

La exnovia cubana del deportista de élite mantuvo una relación con él en La Habana en 2000. En una entrevista a Infobae, la mujer ha relatado el crudo episodio que le hizo pasar el argentino cuando ella solo tenía 16 años: "Maradona me tapó la boca para que yo no gritara, para que no dijera nada y abusó de mí. Mi mamá vino a verme ese día a la casa donde estábamos en La Habana y Diego no le quiso abrir la puerta de la habitación. Mi mamá tocó y él no abrió. Me violó. Eso fue lo que pasó", ha contado.

Según su testimonio, lo más difícil de aquel infierno fue que sus padres fueron conocedores de la situación y no pudieran hacer nada al respecto: "Nunca abrió la puerta Diego. Nunca la abrió. Mi mamá estuvo tocando, bajaba, volvía, subía y tocaba y lloraba detrás de la puerta porque sabía que estábamos ahí. Él nunca le abrió hasta que se tuvo que ir porque no le abrió", ha seguido contando.

"Temí por mi vida. Incluso pensé en quitarme la vida en varias ocasiones", ha confesado Álvarez, recordando la tóxica y manipuladora relación que tenía con el futbolista. Tanta fue la obsesión hacia ella, que Maradona también le obligaba a vestirse como él quería: "Diego quería que yo luciera con más senos. No le gustaban los pechos chiquitos. Él quería que me pusiera senos más grandes”, por lo que se sometió a una operación de aumento de pecho.

Del mismo modo, ha defendido que sus padres estaban completamente en contra, ya que por esa época tenía 17 años. "Él insistió en que le gustaría mucho que yo me operara los senos, que por favor, que me iba a ver mejor, que iban a tener el cuidado que necesitaba, que todo iba a estar bien, que el médico iba a hablar conmigo y que no tuviera miedo. Al final accedí porque ya me había sacado la fecha de la cirugía y no me quedó otra".

Maradona empujó a la joven a las drogas

Los escándalos de Maradona han sido frecuentemente relacionados con su adicción a las drogas, una práctica a la que también empujaba a las personas de su entorno. "Él me fue metiendo en su mundo de la adicción. A mí no me interesaban las drogas, no fumaba, no me drogaba, no tomaba. Poco a poco me introdujo en el alcohol. Después insistió en que consumiera", ha narrado Álvarez añadiendo que la obligó.

"Todos los días insistía un poco más. Un día se va de viaje, me deja el plato con dos rayas ya preparadas para que yo lo consumiera. Como para probarme a ver si no estando él, quizás yo me atrevía a probar (...) Me gritaba. Me insultaba. Me decía que por qué razón no probaba, que eso realmente me iba a ayudar y que él quería que yo aguantara con él toda la madrugada. Y bueno, al final tanto insistió que la pruebo. Te puedo decir hoy que era de mala calidad porque la probé y no me pasó nada", ha recordado.

Graves episodios de maltrato

Los malos tratos a nivel físico y mental también los sufrió la joven por parte del futbolista. “No me dejaba gritar. No me dejaba. No podía. No podía. Me decía “cállate la boca, cállate la boca”.

”Un día llamó Claudia. Realmente no sé si era Claudia pero me dijo: 'Soy Claudia, pásame a Diego'. Él estaba dormido. Yo le paso el celular y le digo es Claudia, te está llamando. Me dice: '¡Qué tenés que hacer vos que tenés que contestar mi teléfono, mi celular!' Y agarra el celular y lo tira contra la pared. A mí me empieza a insultar, me agarra, me tira contra la cama, me pega una bofetada y me dice: '¡Nunca en tu vida vuelvas a tocar mi celular! ¡Nunca!' Amenazándome con que me podía matar", ha recordado. 

Y esta, ha asegurado, no fue la última vez en que el comportamiento de Maradona traspasó todas las líneas: “Una vez me arrastró por las escaleras de la casa hasta la habitación porque estábamos en una discoteca y -sin querer- le di un golpe en la nariz con la espalda. Bailando le doy un golpe sin intención. Y él se puso bien violento. Me sacó a empujones de la discoteca, me montó en el auto, me llevó para la casa, me subió las escaleras a rastras por los pelos. Fue duro”, ha asegurado.