España es uno de los países que peor duerme de Europa y el que más ansiolíticos consume del continente. Además, los españoles dormimos de media menos tiempo que en la década de los 80 y 90 (7,6 horas antes frente a 6,8 en la actualidad, aproximadamente y según la Encuesta Nacional de Salud), tal y como ha venido contando ElPlural.com.

Por ello, el verano puede ser una buena ocasión para revertir la situación, y es que, a pesar de las altas temperaturas y lo que estas dificultan el sueño, las vacaciones pueden ser una oportunidad para recuperar todas esas horas perdidas a causa del estrés y la rutina.

Consejos para desconectar en verano

La psiquiatra y representante del sindicato médico AMYTS Teresa Aparicio da a ElPlural.com algunos consejos para esto. "El verano es un buen momento para poder cuidarnos y relajarnos de nuestro estrés laboral, familiar, hacer un break y poder disfrutar de las cosas que a unos le gustan: viajar, dedicar tiempo a sus hobbies… Es un momento en el que uno puede disfrutar de las cosas que no ha podido el resto del año", expone. Siguiendo esa senda, puntualiza que es recomendable “desconectar de los móviles” y dedicar un espacio de unas dos horas antes para “leer o reflexionar nuestro día a día, en lugar de estar con el móvil”.

Esta especialista en salud mental apunta que los meses venideros pueden ser una ocasión idónea para el descanso, aún a sabiendas de que, en ocasiones, el buen tiempo, especialmente en nuestro país y en julio y agosto, a veces insta a lo contrario. “Vivimos en un país en el que tenemos la suerte de tener muchas horas de luz en invierno y en verano, con el inconveniente de que en verano retrasamos mucho la hora de acostarnos, tendemos a salir más, consumir más alcohol y esto nos influye también en una peor calidad del sueño”, asume; pero nuestro cerebro “necesita descansar”.

El que fuera Defensor del Menor, Javier Urra, también advierte en ElPlural.com de la necesidad de que las vacaciones sirvan para esto último y no para lo contrario. Por ello, llama a planificar las cosas con calma y tomarse lo que ambos expertos califican como "pequeños momentos", que en condiciones normales no podemos permitirnos todo lo que nos gustaría. “Yo recomiendo un mayor contacto con la naturaleza, pasear por el campo, por la playa, aislarnos para escucharnos a nosotros mismos, serenarnos y tranquilizarnos. Para darnos tiempo”. En esa línea invita también a “evitar los conflictos tontos”, mantener conversaciones de “temas amables” y organizarse bien. “Hay quien quiere salir cinco días por Europa y ver ocho capitales. Y no puede ser, se agota”.

El psiquiatra, psicoterapeuta y diputado de Más Madrid, Diego Figuera, da otras pautas igualmente sencillas como no comer demasiado o no tan tarde -algo que es común en verano- no pensar tanto en lo que vamos a hacer al día siguiente o “aprender a respirar y hacer ejercicios de respiración”; todas ellas aplicables en fiestas, pero del mismo modo para el resto del año.

“También es recomendable realizar ejercicio al menos medio hora al día, nunca mucho antes de meternos en la cama y tomar poco café, así como evitar las siestas muy largas, porque estas nos cambian luego el chip”, sostiene.

Después de las vacaciones

Y es que no revertir en la medida de lo posible la situación ahora puede hacer que la vuelta a la rutina sea especialmente dura, y que las vacaciones no hayan cumplido uno de sus objetivos principales, el del descanso. “Una peor calidad del sueño nos puede afectar en nuestro día a día, tanto como producirnos alteraciones del ánimo, estar más irritables, padecer de ansiedad, pérdidas de memoria, incluso alteraciones en la alimentación”, expone Aparicio.

Para cambiar esto por completo y para los 365 días el año, todos los profesionales de la salud mental llaman a desconectar en la medida de lo posible en una “era digitalizada” (el uso del teléfono subía en un 30% en 2021), frenar un poco ante el ritmo de vida frenético actual y hacer algo desde las instituciones. Cabe recordar que nuestro país dedica únicamente un 5% del total de gasto sanitario a salud mental.

En este último sentido, Aparicio aplaude que se estén llevando medidas como la desconexión digital, pero reconoce que queda un largo camino por recorrer. “En los países nórdicos se invirtió en que la gente joven tuviera una paga mensual para sus gastos básicos y pudiera garantizarse una vivienda para que pudieran estudiar en condiciones dignas. Con estos apoyos se redujo drásticamente el índice de suicidios”, añade Figuera respecto de una de las medidas que cree, pueden tomarse en nuestro país y que desde su formación política defienden.

Con ello, hay muchas cosas que se pueden hacer en vacaciones para que España recupere el sueño y otras tantas que se pueden mantener a lo largo del año, tanto a título personal, como desde las instituciones.