La española María Branyas Morera se ha convertido en la persona más longeva del mundo a los 115 años. La mujer ha obtenido este título tras la muerte de la francesa Lucile Randon, de 118, además de ostentar también el de la segunda persona más longeva de la historia en España desde hace más de un año, en octubre de 2021. En todo caso, el título de la persona más longeva del mundo lo sigue ostentando otra mujer desde 1997, Jeanne Calment, cuya luz se apagó ese mismo año en Arlès, también en Francia.

Muere la mujer más longeva del mundo

La monja francesa que poseía la denominación que ahora ha conseguido María Branyas era conocida como sor André y ha fallecido en Toulon, localidad situada en el sur de Francia. El alcalde del municipio, Hubert Falco, ha informado de la muerte de Randon y ha apuntado que habría cumplido 119 años en menos de un mes, el día 11 de febrero.

“Con inmensa tristeza y enormes emociones me acabo de enterar de la muerte de la hermana André”, ha trasladado el jefe del Gobierno de la ciudad francesa a través de un mensaje en su perfil de Facebook.

Muere la mujer mas longeva del mundo | Twitter (@_pe_h)

“Ella era la decana de la humanidad y gracias a su notable edad conquistó los corazones de todos los franceses. Pero más allá del símbolo que representaba por haber cruzado el siglo y experimentado dos guerras mundiales, la hermana André fue ante todo una mujer profundamente buena y cariñosa”, ha expresado Falco en homenaje a la mujer mediante su publicación en la red social.

"Sentimos una gran tristeza, pero ella ya lo quería, su deseo era reunirse con su hermano adorado. Para ella, es una liberación", dijo por su parte David Tavella, responsable de comunicación de la residencia donde vivía, tal y como recoge AFP.

Llegó a superar el coronavirus

Lucile Randon -así era su nombre de nacimiento- sorprendió al mundo en el año 2021 cuando superó el Covid-19 sin problemas, lo que supuso para muchos un halo de esperanza en un momento en que la enfermedad se estaba cobrando muchas vidas. De hecho, la mujer acabó recibiendo cartas procedentes de todos los rincones del mundo por este motivo.

Nacida en el seno de una familia protestante, pero a los 26 decidió convertirse al catolicismo. “Cuando me convertí, [mi hermano] André lloró, estaba enfadado conmigo. Luego aceptó», explicó a la revista Famille Chrétienne. No obstante, su vocación religiosa no llegó hasta más tarde, a los 40 años. En todo caso, pese a tomar los hábitos tan tarde, lo cierto es que su salud le ha permitido dedicarse a la religión casi ochenta años.