El Villarreal jugará “en casa” a más de 7.000 kilómetros de su estadio. El choque contra el Barcelona se celebrará en Miami, y muchos abonados se preguntan si esta vez la afición queda en segundo plano frente a la expansión global de LaLiga. Nunca antes un partido oficial de LaLiga se había disputado fuera de España. La única vez que algo parecido se planteó, en 2018 con el Girona-Barcelona, la FIFA y la RFEF lo frenaron. Que esta vez sí haya luz verde supone un cambio de paradigma que reescribe las reglas del juego. Y lo hace a costa de la experiencia que durante más de 90 años han vivido generaciones de abonados: ver a su equipo defender su feudo ante los mejores.

Esta iniciativa, calificada por algunos como un hito histórico y por otros como una traición, supone trasladar el partido de la jornada 17 de LaLiga entre Villarreal y Barcelona al Hard Rock Stadium, con fecha provisional del 20 de diciembre de 2025. La RFEF ya ha dado su visto bueno y ha iniciado el trámite ante la UEFA y la FIFA, lo cual llevaría a LaLiga a disputar oficialmente un encuentro de liga fuera del territorio español por primera vez.

El salto transatlántico es la expresión más clara de la estrategia internacionalizadora que LaLiga promueve desde hace años: con oficinas en Nueva York y una joint venture con Relevent Sports, la patronal busca consolidar su presencia en EE. UU. Sin embargo, este movimiento no solo es comercial: representa un vuelco en los principios más básicos que regulan una liga competitiva: el hecho de que un partido “de local” se juegue fuera del país pone en cuestión la igualdad deportiva.

La reacción institucional fue inmediata y contundente. El Real Madrid, mediante un comunicado oficial, rechazó con firmeza esta decisión. El club considera que el partido en Miami viola el principio de “reciprocidad territorial”, al alterar unilateralmente el formato de ida y vuelta, comprometiendo la integridad competitiva, y estableciendo un peligroso precedente. Además, ha pedido la intervención del CSD, UEFA y FIFA para impedir que prospere este plan.

descontento también crece en la propia afición del Villarreal. Peña y colectivos de seguidores denunciaron que se les ha arrebatado la posibilidad de disfrutar del partido en su estadio —y con su gente— tras haber pagado ya sus abonos. Lo calificaron como una “vergüenza” que adulteraba la competición, al convertir al Villarreal en “visitante” ante un público que será mayoritariamente del Barcelona.

Más allá del malestar local, la decisión ha sido objeto de crítica satírica en medios internacionales como The Guardian, donde se señala que desplazar el choque a Miami desdibuja la esencia del fútbol de proximidad, pospone la solución de problemas estructurales (como la desigualdad en la distribución audiovisual o el empaquetamiento de horarios) y transforma el deporte en un espectáculo excesivamente mercantilizado.

La decisión ya está sobre la mesa y el debate está abierto. Ahora es tu turno: queremos saber qué opinas sobre llevar el Villarreal-Barcelona a Miami. Participa en nuestra encuesta y cuéntanos si ves esta medida como un paso adelante para LaLiga o como una pérdida para el fútbol que conocemos.

Encuesta
ENCUESTA: ¿Cómo valoras la decisión de LaLiga de llevar el Villarreal-Barcelona a Miami?
Lamine Yamal encara a Yeremi Pino durante un partido entre Barcelona y Villareal. EP/Archivo.

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