No cabía un alfiler. La mezquita central de Madrid situada en la zona de Estrecho estaba llena. Hasta el punto de que la gente que no cabía intentaba seguir el acto desde la calle. Representantes de ocho confesiones religiosas: iglesia católica y musulmana, los budistas o los evangélicos se reunieron este jueves pasado para firmar una declaración conjunta exigiendo se cumplan los compromisos con los refugiados y denunciando la hipocresía de los gobiernos.

“Las previsiones nos sobrepasaron. Vino mucho más gente de la que podíamos imaginar” Evaristo Villar, coordinador de Cristianos de Base, relataba a ELPLURAL.COM como el vicario de Madrid que venía representando al arzobispo se quedó de pie donde pudo al igual que el imán. Religiones por la paz y la acogida era el título de la convocatoria que reunió en “la mezquita de los pobres” llamada así en contraposición a la más “lujosa” ubicada en el barrio de San Pascual junto a la M-30, a más de 300 personas de las más variadas creencias, unidas en un fin común: solidarizarse con las personas que huyen de la guerra.

“Una enorme hipocresía”

Se encontraban allí la Asociación para la Conciencia de Krishna (Hare Krishna); el Centro Budista Shambhala de Madrid; la Comisión Islámica de España (UCIDE); la Comunidad Bahá’í de España; la Iglesia Evangélica Española (IEE); la Iglesia Siria Ortodoxa y la Vicaría de Pastoral Social del Arzobispado de Madrid. Con ellos nueve asociaciones y comunidades de creyentes en distintos credos.

“El objetivo era conseguir una voz común aunque fuera de mínimos frente a como se está tratando a quienes huyen de una guerra que todos somos conscientes está amparada por las grandes potencias que venden armas y a la vez levantan a quienes tienen que salir para salvar la vida. Es una hipocresía enorme. Ante esto las religiones no pueden estar calladas”, explicó Evaristo Villar.

Crisis de solidaridad

De esa manera, las distintas organizaciones se pronunciaron mediante una declaración “a favor de una acogida digna de las personas solicitantes de asilo que huyen de la persecución religiosa, el hambre y de la guerra”. Dice el escrito:

Nos pronunciamos a favor del cumplimiento europeo de sus compromisos con los derechos fundamentales y de la realización inmediata de la relocalización de refugiados desde tierras de Grecia e Italia. Nos pronunciamos a favor del cumplimiento de los compromisos de reasentamiento de la Ley española de Asilo, especialmente para personas vulnerables.

Los firmantes muestran su rechazo al concepto de crisis de refugiados, “cuando lo que no estamos cumpliendo es la solidaridad y la justicia requeridas por nuestros compromisos internacionales como españoles y europeos”. Consideran por el contrario que se trata de una crisis de solidaridad.

Turquía no es país seguro…

“Numerosos municipios, personas individuales y comunidades de fe han puesto a disposición sus hogares y plazas de acogida, que se encuentran vacías mientras el Estado sigue sin gestionar la llegada a nuestro país de las personas que necesitan protección y refugio”, continúan.

Del mismo modo rechazan el acuerdo suscrito con Turquía por parte de la Unión Europea, que entró en vigor el pasado 20 de marzo, que califican de “estrategia para negar el derecho de asilo a las personas que huyen de la guerra”. Añaden:

El citado acuerdo se basa en la afirmación de que Turquía puede ser considerado país seguro. La determinación de dicho estado como país seguro y las devoluciones masivas de personas solicitantes de asilo no están amparadas por la legislación internacional ni corresponden a los tratados suscritos por la Unión Europea en materia de asilo y refugio.

Niños, los más vulnerables

Definen como un atentado contra los derechos fundamentales “la aplicación de políticas contrarias a nuestra legislación y al derecho internacional, como la devolución de personas o la detención de solicitantes de asilo”. “Mientras –señalan- los acuerdos de relocalización y reasentamiento se prolongan en el tiempo sin soluciones efectivas a las necesidades de las familias refugiadas entre las que numerosos niños se encuentran en situación de vulnerabilidad”.

Sobre su definición de comunidades de fe y convicciones religiosas, consideran que la crisis de solidaridad “constituye un gravísimo atentado contra los derechos humanos y es contraria a las enseñanzas que profesamos en favor de una humanidad comprometida con los necesitados, responsable de la justicia y de la paz, y favorecedora de la cultura de la hospitalidad”.

No en nombre de Dios 

“Apoyamos con rotundidad iniciativas en el Estado español que faciliten el paso seguro de inmigrantes a través del Mediterráneo, como los corredores humanitarios, evitando las mafias que trafican con la vida humana y desarrollando la colaboración con las entidades locales, tal y como se está realizando en Italia gracias a comunidades cristianas”.

Es así pues el compromiso de su fe y enseñanzas proféticas “nos llaman a reaccionar contra lo que consideramos una falta de humanidad y de justicia. Estamos comprometidos con la paz y rechazamos toda forma de violencia, en particular la de las guerras y el terrorismo, por eso, condenamos categóricamente la justificación de la violencia en nombre de Dios por ser contraria a la naturaleza de Dios y a todo acto verdaderamente religioso”.

 Para estas entidades de diferentes creencias, “el camino es la reconciliación y reclamamos de nuestros gobiernos el compromiso de abordar los conflictos bélicos y resolverlos de forma pacífica y duradera. Será la mejor manera de evitar que haya personas que tengan que huir de sus casas y de sus países”.

Han firmado esta declaración: Asociación para la Conciencia de Krishna (Hare Krishna). Centro Budista Shambhala de Madrid. Comisión Islámica de España (UCIDE). Comunidad Bahá’í de EspañA. Iglesia de la Comunidad Metropolitana. Iglesia Evangélica Española (IEE). Iglesia Siria Ortodoxa. Vicaría de Pastoral Social del Arzobispado de Madrid. Pero también los grupos y asociaciones: Asociación Arco Forum. Asociación Ecuménica Internacional (IEF), Asociación Éxodo para la transformación social, Comisión diocesana de Justicia y Paz del Arzobispado de Madrid, Comunidad de Sant‘Egidio, Cristianas y cristianos de base de Madrid, Movimiento de los Focolares. Plataforma Evangelio, Justicia y Derechos Sociales y Redes Cristianas.