Se ha convertido casi en una tradición que con cada llegada de un nuevo partido al Gobierno se cree una ley nueva para regular la Educación. Con Franco llegó la primera ley que se extendió durante los primeros años de la democracia, la llamada Ley General de Educación. Después, llegaron dos con UCD y cuatro en los gobiernos del PSOE. En total siete leyes educativas contra las que ha habido críticas, pero nunca tan duras y generalizadas desde los partidos políticos y desde la propia comunidad educativa y estudiantes como con las creadas por el PP.

Dentro del Partido Popular, el primero que intentó aprobar una nueva ley fue José María Aznar. Hablamos de la Ley Orgánica de Calidad Educativa (LOCE) que en 2002 llevó a la calle a miles de estudiantes, padres, sindicalistas y profesores con múltiples manifestaciones y huelgas. Fue tal el nivel de presión que dicha ley nunca se llegó a aplicar, aunque la llegada al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero también tuvo mucho que ver.

Por eso, la primera ley en Educación con sello del PP fue la llamada Ley Wert, posiblemente contra la que más protestas hubo y no sólo por parte de la comunidad educativa. Fueron tantos los cambios que aplicaba que incluso algunas comunidades autónomas se negaron a aplicarla.

La Ley Wert

Grandes recortes, reducción en la cuantía de las becas y más requisitos para el acceso que dejaba a cientos de estudiantes universitarios fuera de sus carreras al no poder costearse los estudios, dar más peso a la Conferencia Episcopal a la hora de elegir los contenidos dentro de la asignatura de religión y hacer que está contara para la nota media de bachillerato y, por lo tanto, para calcular la de Selectividad… estos son sólo algunos de los muchos detalles que se guardaban dentro de la reforma educativa de José Ignacio Wert.

Pero no es la única. Wert también quiso borrar del mapa a la Selectividad, la prueba de acceso a la universidad, y rescatar la Reválida. La LOMCE establecía pruebas obligatorias en sexto de Educación Primaria y al finalizar la ESO para ratificar los conocimientos adquiridos. En el segundo caso, el examen se realizaría sobre todo lo cursado. 

Nuevamente, la presión social y las protestas de muchas comunidades que planteaban declararse insumisos ante esta ley frenó la Reválida.

Wert y su “nido de amor” en París

Fue entonces cuando Wert decidió marcharse, dejar el Ministerio de Educación con el dudoso honor de ser el ministro peor valorado. Su destino: ser nombrado embajador de España ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en París y vivir así junto a su pareja, Montserrat Gomendio. Todo ello con un sueldo de unos 10.000 euros y en una casa de lujo.

Méndez de Vigo retrocede

No fue hasta que Íñigo Méndez de Vigo fue nombrado ministro de Educación hasta que no se frenó definitivamente esta ley; o mejor dicho, se dejó en stand by.

Así, volvió la Selectividad. La LOMCE pretendía que los alumnos se examinaran de las asignaturas troncales, de dos materias de opción del bloque de asignaturas troncales de cuarto curso y una materia específica cursada en cualquiera de los cursos, que no sea Educación Física, Religión o Valores Éticos. Además, con la LOMCE, las características y criterios de evaluación dependían del ministerio, y a las comunidades autónomas y demás administraciones sólo les correspondía velar por su cumplimiento.

Ahora, en menos de un mes, miles de alumnos se enfrentarán a la Selectividad que deja de llamarse PAEG para convertirse en la EBAU. La realidad pasa porque únicamente es un cambio de nombre, el formato es el mismo, pero parece que el PP apostaría por cambiarle la denominación para romper con la etapa de Wert y, así, hacer un lavado de cara que se queda únicamente en eso.

La EBAU y sus problemas

Todo este proceso de retrocesos y vuelta a la Selectividad ha provocado grandes problemas para los alumnos. Hasta diciembre no se acordó seguir con la Selectividad, aunque ahora se llame EBAU. Pero es que además, según denuncian los sindicatos de profesores y los propios alumnos, hasta marzo, con el curso a punto de terminar, no se sabía qué contenidos iban a ser evaluados en la EBAU. El resultado: los profesores han estado impartiendo el temario a ciegas, fijándose en años anteriores.

Fernando, es un estudiante de Madrid, que ha sufrido estos problemas. Según ha explicado a ELPLURAL.COM, “lo normal es que los profesores den las clases preparándonos para lo que va a entrar en Selectividad”, pero no pudo ser así. Ahora se encuentra con que hay temario no explicado sobre el que se tendrá que examinar.

Lo mismo ha vivido Gabriela, estudiante de un instituto de Talavera de la Reina. “Los profesores tenían reuniones para intentar acordar qué materias dar durante Segundo de Bachillerato para prepararse la Selectividad. Como no lo sabían, porque el Gobierno tampoco lo sabía, lo que hicieron fue fijarse en la anterior prueba de selectividad que todavía era PAEG”, explica.

“Resulta que pasaban los meses y no les decían el contenido que tenían que impartir en las clases para prepararse la prueba. Cuando por fin llegó el programa de contenidos, con el curso a medias, había cosas que no las habían impartido todavía y temas que sí habíamos dado y estudiado y que al final no iban a entrar en la nueva EBAU”, denuncia.

Todo este proceso ha dejado a unos alumnos que han tenido menos tiempo para prepararse las materias que definitivamente se avaluarán en la EBAU y, teniendo en cuenta que se juegan su acceso o no a la universidad, la presión sobre estos jóvenes se ha multiplicado significativamente.

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¿Sabes que es la EBAU? ¿Te suena más Selectividad?