El hábito de la conducción se puede volver un arma de doble filo si no se presta la suficiente atención. Los malos hábitos al volante son más frecuentes de lo que nos pensamos, y son la causa de muchos de los accidentes de tráfico que tienen lugar cada día. La Dirección General de Tráfico quiere ayudar a los conductores españoles a corregir estos comportamientos, que muchas veces se realizan "de forma inconsciente", como explica el jefe del Área de Formación Vial, Juan Ignacio Serena.
Por ello, la DGT publica una guía en la que expone las trece costumbres más frecuentes y peligrosas que se ven en nuestras carreteras. "Ya sea por comodidad, desidia o desconocimiento, vamos asumiendo estos comportamientos inadecuados como algo habitual, de forma inconsciente y sin conocer su alcance o sus consecuencias" explica Serena.
Conducir con una mano
Ver a un conductor sujetando el volante con una sola mano es una escena muy habitual en conductores con experiencia. Es muy frecuente que la mano que queda libre se apoye en la ventanilla, en la palanca de cambios o incluso en la propia pierna del conductor. La DGT recuerda que las dos manos deben ir sujetando el volante en la posición de las 10:10 de las agujas de un reloj, con los brazos algo flexionados y relajados. De esta forma, el conductor tiene mayor capacidad de maniobra en caso de necesitar una reacción rápida.

'Abonarse' al carril izquierdo
Quién no ha visto el carril izquierdo de una carretera lleno de coches, mientras el derecho queda vacío. La norma general en España es que se debe circular por el carril derecho, excepto para adelantar y cuando nuestra marcha nos obligue a girar a la izquierda. Los conductores 'abonados' al carril izquierdo pueden entorpecer la circulación y generar situaciones de riesgo, ya que además es frecuente que vayan por él a mayor velocidad de la permitida. "circular por los carriles centrales implica dirigir nuestra atención también a los que circulan por carril derecho", explica Serena.
Abusar del punto muerto
Esta es una práctica de la que muchos conductores no son conscientes. En el momento de tener que detenerse, es muy frecuente pisar el pedal del embrague a la vez o poco después que el del freno, poniendo el coche en punto muerto. Avanzar en esta situación es peligroso, pues el coche pierde tracción y no emplea el freno motor para perder velocidad, pudiendo embalarse.
Además, el conductor tiene menos control sobre el vehículo y se desgastan más los frenos. La práctica correcta es levantar el pie del acelerador para que el coche pierda velocidad progresivamente, y después accionar el freno suavemente e ir reduciendo marchas, pisando el embrague el menor tiempo posible.
Usar mal el pedal de freno
Existen muchas prácticas incorrectas en el uso del freno. Frenar en exceso, en mitad de una curva, o bruscamente para detener el vehículo, son acciones que pueden hacer que perdamos el control del coche. El freno debe usarse con suavidad y aplicando la presión necesaria en el pedal, sin excesos.
Es muy frecuente también, que los conductores se asusten cuando, en una frenada de emergencia, el pedal del freno vibra al accionarse el sistema antibloqueo (ABS). Una reacción natural muy frecuente es la de levantar el pie, pero los expertos recomiendan que este se mantenga, y que se pise a la vez el embrague para mantener el motor en marcha.
Pisar bruscamente el embrague
También el pedal del embrague se debe pisar de manera suave y progresiva. Los errores más frecuentes en su uso son no pisarlo hasta el fondo o soltarlo bruscamente, causando que el vehículo de tirones. También es peligroso pisarlo demasiado tiempo -como ya se ha explicado-, acelerar antes de soltarlo por completo, apoyar el pie en él mientras se conduce.
Todas estas prácticas causan daño en la mecánica del coche. También es importante dominar el 'punto de fricción', que es ese punto al levantar el pedal en el que el coche empieza a ganar algo de fuerza. Aprender a utilizarlo aumenta el control y la comodidad en la conducción, sobre todo al arrancar en pendiente y al aparcar.
Serpentear entre carriles
Zigzaguear en medio de un atasco es una práctica muy peligrosa. Algunos conductores temerarios lo hacen sin indicar correctamente con los intermitentes sus cambios de carril, generando situaciones de riesgo. "El cambio de carril debe hacerse siguiendo la regla RSM (Retrovisor-Señalización-Maniobra), sin causar peligro ni molestar a otros usuarios. Hacerlo sin necesidad es un mal hábito ya que toda maniobra conlleva cierto riesgo, que será aún mayor si está mal ejecutada", advierte Serena.
Ignorar a los peatones

En 2022, 213 personas murieron y 1.400 resultaron heridas gravemente en accidentes relacionados con peatones en vías urbanas. Muchos de los 11.500 siniestros se produjeron por prácticas evitables por parte de los conductores. Algunas de estas son llegar a ellos con demasiada velocidad, no comprobar bien aquellos con poca visibilidad y parar o estacionar en los alrededores o encima de ellos, obligando a los peatones a cruzar por medio de la carretera.
No dejar distancia con otros coches

Quizás uno de los hábitos más peligrosos en carretera es circular pegado al coche de delante, algo que, por desgracia, es una imagen muy habitual. La separación entre coches es vital para evitar alcances que pueden desencadenar reacciones en cadena. En 2023 murieron 117 personas en colisiones traseras y múltiples, el tipo de accidente más común derivado de esta práctica.
Para mantener una distancia correcta con el resto de vehículos, existen diferentes trucos. Más allá de la 'burbuja imaginaria' o la 'regla del cuadrado', la DGT recomienda mantener una distancia de dos segundos con respecto a un punto fijo en la vía. Una forma fácil de calcularlo es pronunciando 1001, 1002... Esta distancia debe ampliarse lo máximo posible en caso de lluvia.
Abusar del claxon
Mucha gente no es consciente, pero el "uso inmotivado o exagerado" de señales acústicas está prohibido en el artículo 110 del Reglamento General de Circulación. Sin embargo, es muy común usarlo cuando el coche de delante, por ejemplo, no arranca cuando el semáforo se pone en verde o en un atasco. Esto genera malestar y nerviosismo en los conductores.
El claxon se puede utilizar en situaciones excepcionales, como por ejemplo para evitar un accidente, al adelantar en determinadas condiciones, para avisar en curvas estrechas de doble sentido o en caso de emergencia.
No revisar los neumáticos
Estar demasiado tiempo sin comprobar la presión del aire de nuestros neumáticos es un riesgo para la seguridad. La estabilidad del coche y la frenada se ven alterados por una presión incorrecta, pudiendo causar que perdamos el control del vehículo. La DGT recomienda revisar la presión una vez al mes, y siempre que vayamos a hacer un viaje de larga distancia. De esta manera evitamos que los neumáticos se desgasten más y de manera irregular, además de mejorar el confort en marcha.
Usar el móvil al volante
Uno de cada cinco conductores reconoce haber usado el móvil mientras conduce. La distracción que supone es un evidente riesgo para la seguridad, pero aún así es muy frecuente verlo en las carreteras. Manipular el teléfono de cualquier forma mientras se conduce supone una infracción grave, además de un peligro que aumenta los errores, aumenta el tiempo de reacción y provoca choques y atropellos. El 30% de los accidentes mortales son causados por distracciones.

Ir sin cinturón de seguridad
La efectividad del cinturón de seguridad, obligatorio en España desde 1975, parece obvia. Sin embargo, 139 personas murieron en accidentes por no llevarlo puesto en 2023. El cinturón reduce dos tercios la probabilidad de muerte en un accidente, aumentando al 77% en el caso de vuelcos.

No usar los intermitentes
Girar, adelantar, cambiar de carril, estacionar, circular en glorietas e incorporaciones... Son muchas las situaciones en las que utilizar los intermitentes evita accidentes. Según un informe de Autopistas, solo el 33% de los vehículos los utiliza para señalizar cuando adelantan. Los intermitentes expresan la intención del conductor, pero no otorgan prioridad como norma general, recuerda la DGT.
425 fallecidos en carreteras en lo que va de año
Sea por el motivo que sea, es necesario seguir trabajando para reducir los accidentes de tráfico, una de las principales causas de muerte en jóvenes en nuestro país. Los datos de la DGT son desoladores. En lo que va de año (hasta el 27 de mayo de 2024) se han producido 383 accidentes mortales en España, en los cuales 425 personas han perdido la vida. Esto suponen 13 más que a estas alturas de 2023. El año pasado fueron 1.141 las vidas que se perdieron en accidentes de tráfico.