El proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural (ICI) nació en 2010 con la intención de aplicar un nuevo e innovador modelo de actuación en territorios con gran diversidad cultural. Por primera vez se fundían dos tipos de acciones que habían estado separadas hasta ese momento: la intervención comunitaria por un lado y la mediación. Esta revolucionaria iniciativa de intervención social fue protagonista del desayuno #RetosVocesSociales que organiza ElPlural.com, en colaboración con la Fundación “la Caixa” que es también la impulsora del proyecto ICI. En el encuentro participaron representantes de cada uno de los pilares que los sustentan: la entidad filantrópica que idea y financia el ICI, la administración, las entidades sociales y la ciudadanía.

“El proyecto ICI es un híbrido, nuestra metodología es mestiza y funciona porque es un proyecto tan comunitario como mediador”, nos explicó Carlos Giménez, catedrático de Antropología y director científico del proyecto. Uno de los elementos que da singularidad al ICI es, precisamente, el hecho de que haya una dirección científica en la que, además, cuanta con el asesoramiento de Marco Marchioni, uno de los expertos mundiales más reconocidos en intervención comunitaria.

"El proyecto ICI es un híbrido, nuestra metodología es mestiza y funciona porque es un proyecto tan comunitario como mediador”

¿Cómo surgió el ICI? Francesc Ventura, director del departamento de Interculturalidad y Cohesión Social, de la Obra Social “la Caixa”, relató en su interención en el desayuno cómo la entidad empezó a poner el foco en los territorios tras dar por superado el modelo de intervención anterior cuyo objetivo era dar acogida a los inmigrantes que llegaban. “Vimos que los flujos de migrantes habían disminuido pero las personas que habían llegado, lo habían hecho para quedarse”, argumenta, “y empezamos a gestionar la interculturalidad construyendo convivencia a partir de lo que une a las personas, la diversidad”.

El ICI busca una mayor eficiencia de los recursos y se lleva a cabo en territorios de alta diversidad cultural. “Estamos ahí donde un ayuntamiento quiere trabajar de esta forma y, por otro lado, nosotros identificamos una entidad social a través de la cual se va a hacer la implantación de ese proceso”, señala Frances Ventura.

Un experimento consolidado

El proyecto empezó como un experimento y ahora se ha consolidado como un modelo que funciona, reconocido incluso internacionalmente. La apuesta de convivencia y cohesión social del ICI busca generar nuevas relaciones y construir corresponsabilidad en un proceso que involucra a todos sus protagonistas: políticos, técnicos, entidades sociales, ciudadanía… Según Carlos Giménez, “al trabajar todos juntos se han generado espacios de relación institucional, técnica y social que antes coexistían pero no convivían”. Todo ello contribuye a superar escenarios previos y lograr una sociedad más cohesionada.

Para Rocío García, directora territorial de la Fundación Secretariado Gitano, el éxito de esta nueva forma de trabajar está en que “no pone el foco en el sujeto pasivo como puro receptor de proyectos”. Por el contrario, parte de una realidad concreta e incorporando a los ciudadanos y ciudadanas, que forman parte de la construcción de soluciones para la propia comunidad.

"Los ciudadanos y las ciudadanas forman parte de la construcción de soluciones para la propia comunidad en vez de receptores pasivos de ayudas"

“En la Cañada, donde estamos trabajando, no es posible encontrar una solución si no trabajamos conjuntamente los tres actores: ciudadanía, responsables políticos y técnicos. Si eso no se da, no se da la solución. Hoy tenemos un escenario mucho más favorable para tratar de encontrar soluciones de forma conjunta”, añade.

Ciudadanos corresponsables

El ICI está presente en está presente en 39 territorios de 31 municipios y han participado en el mismo más de 500.000 personas. Una de estas ciudadanas corresponsables es Ada Maldonado, vecina de Ciudad Lineal, quien ha participado en dos iniciativas del ICI en este barrio madrileño. “Llegué nueva al barrio, no puedo decir que tengo esas dificultades que tienen otros que vienen de otro país y gracias a este proyecto me sirvió para conocer el entorno nuevo que tenía, hicimos lazos”. Para ella, lo más importante del ICI es que les pone en común a todos. “Cada vez compartimos la vida con gente más diferente y tenemos que entendernos. Tenemos que aprender, sacar los puntos de conexión y coger fuerza para mejorar el entorno”, concluye.

“Cada vez compartimos la vida con gente más diferente y tenemos que entendernos"

Este novedoso proyecto se construye a través de “relaciones improbables”, puntualiza Rocío, quien añade que todos han tenido que “aprender y desaprender cosas para construir relaciones asertivas, interculturales que beneficien al bien común”. Y matiza:  “Yo no entiendo por interculturalidad que nos llevemos bien, yo entiendo por interculturalidad que no haya conflicto”.

Por su parte, José Moreno, técnico del Departamento de Inmigración y Refugio del Ayuntamiento de Madrid, reflexionó sobre cómo en la sociedad actual se han desvirtuado algunas palabras como “integral” o “comunitario” a base de utilizarlas excesivamente. Se pone el adjetivo de comunitario a todo, aunque vayan doce personas. Organizas cualquier taller de fotografía y todo es comunitario. Pues no. ¿Qué aporta el ICI a todo esto? Pues aporta una dimensión que hasta ahora no tenía y una metodología. Cuando hablamos de comunitario no es hacer una actividad en la calle. Eso puede ser una consecuencia, pero el argumentario tiene que ser otro: que haya una implicación de los técnicos, de los políticos y también de la población en un encuentro de igualdad, cada uno desde su roll, su responsabilidad, pero en igualdad”.

“El ICI no es una colección de actividades, claro que las hay… miles lo que pasa es que queremos que esas actividades tengan un sentido”, corrobora Carlos Giménez.

"El ICI está empoderando a la ciudadanía para gestionar lo público"

En este sentido, Rocío García subraya que lo más importante no es la actividad sino “cómo fortalece a la comunidad”. En su opinión, el ICI “está empoderando a la ciudadanía para gestionar lo público”.

Tópicos y fake news, un peligro para la convivencia

Uno de los temas que se abordó en el desayuno fue cómo los tópicos y estereotipos son uno de los principales enemigos para la convivencia. El programa ICI incorpora un sistema de seguimiento y evaluación continuo que incluye, entre otras cosas, una encueta periódica. “Las primeras, del año 10, 12 y 15 demostraron que no se vinculó la crisis económica con la inmigración ni ha habido en los territorios en los que hemos encuestado un aumento de la xenofobia en los años de crisis”.

Sin embargo, en paralelo, se difunden continuos bulos relacionados con los inmigrantes u otros estereotipos. Para Rocío lo importante es que se canalice bien la información, tanto exterior como interiormente. “En el caso de La Cañada, que se había identificado con venta de droga y delincuencia, se ha pasado de sentir vergüenza de decir que vivían allí a decirlo con orgullo: ‘vivo en Cañada’, que al final se ha convertido en un sello de lucha y de compromiso”.

“Si hay una cerilla incendiaria y la pradera está seca, se incendia fácil, pero si el ICI genera un huerto bien regado, una cerilla ahí no hace nada”

José Moreno, sin embargo, siente un “verdadero temor” al ver cómo “tópicos de hace 30 años se están desempolvando” a través de redes sociales, medios de comunicación y algunos políticos. “El contexto actual no favorece nada”, lamentó.

“Si hay una cerilla incendiaria -que puede venir de una política xenófoba amplificada por algún bombero mediático- y la pradera está seca, se incendia fácil, pero si el ICI genera un huerto bien regado, una cerilla ahí no hace nada”, sentenció Carlos Giménez, convencido de que el ICI es la mejor arma contra la intolerancia.