Pancho, Tito, Bea, Chanquete…El año pasado, Televisión Española repuso Verano Azul. Seguramente fue por falta de fondos para sufragar nuevas producciones, y seguramente era la vez 140.000 que se ofrecía de nuevo. Pero demostró que la nostalgia es buena arma de negocio y que la serie todavía nos remueve. La escritora Mercedes Cebrián nos propone ahora, en su ensayo Verano azul. Unas vacaciones en el corazón de la transición (Alpha Decay),  una lectura de la mítica serie que va más allá de explorar los secretos de engranaje de esta ficción de pandillas estivales. Por supuesto, se pregunta por qué gustaba la pandilla, por qué los jóvenes del momento se identificaban con estos personajes veraneantes, en un gesto tan típico de la familia española de clase media, en uno de los puntos cardinales de la costa de nuestro país, y qué pudieron aprender unos de otros y de la experiencia.

El puritanismo, la incipiente especulación inmobiliaria...

Pero también se plantea el papel que cumplió este título, en 1981, año de su estreno, y en los posteriores veranos en que se repuso durante más de una década, en el momento político que atravesaba España, aún con el susto del 23-F en el cuerpo. Nuestro país aún caminaba con inseguridad la senda de la democracia, y Verano azul simbolizaba el sentir de la Transición. La difícil convivencia de ideas puritanas apuntaladas en cuarenta años de dictadura con las nuevas libertades conquistadas, y el ansia por conquistar otras muchas. Matrimonio vs divorcio, hablar de la menstruación vs avergonzarse de ella, falda vs microfalda... También hay un vistazo a los mitos culturales del momento mencionados en distintos episodios, una escalofriante reflexión sobre los inicios la especulación inmobiliaria en la costa, o una referencia al manifiesto tabú que constituían los regionalismos en pleno estreno del Estado de las Autonomías y sus complejidades. TítuloVerano azul. Unas vacaciones en el corazón de la Transición. Autor: Mercedes Cebrián. Editorial: Alpha Decay.