El experimento tenía como finalidad avanzar en las funcionalidades de las aplicaciones robóticas, probando cuán intuitiva y autodidacta puede ser una máquina como esta.Los amantes de la música no lo ven del todo claro: YuMi puede marcar el ritmo en piezas con una partitura determinada, pero no puede improvisar, reaccionar frente a los músicos ni interactuar con ellos. Además, para algunos de los expertos presentes, al autómata le faltaba la vitalidad propia de un cuerpo de carne y hueso, ese ritmo que los directores de orquesta logran mantener incluso con su propia respiración. No hay manera, para muchos, de que pueda reemplazar la sensibilidad y la emoción de un director de orquesta humano, porque un robot no tiene alma. Según sentenció el propio Colombini, es sólo un brazo, no el cerebro, no el corazón. https://www.youtube.com/watch?v=fohc1Qg-rQU
Cultura
Un robot dirige a Andrea Bocelli y a una orquesta sinfónica
Un robot dirige a Andrea Bocelli y a una orquesta sinfónica