“Google puede darte 100.000 respuestas, un bibliotecario te da la correcta, ha dicho Neil Gaiman. Estos edificios son, además de un templo de culto al libro, un reto para arquitectos, que han de hacerlas acogedoras, funcionales… Grandes nombres de la arquitectura han aceptado el desafío, por ejemplo Herzog & Meuron, que han desarrollado una biblioteca con forma de panal curvilíneo en la ciudad alemana de Cottbus; el español Santiago Calatrava, que se encargó de otra en Zurich; Zaha Hadid, dejó su versión en Viena; y Toyo Ito puso en pie una en Tokio. Repasemos algunas de las más bibliotecas más sorprendentes del mundo. Biblioteca Central de Seattle He aquí un edificio que parece aterrizado desde el futuro en Seattle, la ciudad del grunge y Fraser Crane. Una especie de Silicon Valley de libros que incorpora el último grito en dispositivos electrónicos de lectura con espacios tradicionales de atesoramiento de libros. Los arquitectos Rem Koolhaas y Joshua Prince-Ramus fueron los encargados de su diseño en 2004, sobre las ruinas de un edificio neoclásico. En total, 38.300 m2 distribuidos en once niveles y con forma y textura de diamante, con acero y materiales con efecto reflectante. Biblioteca de la Universidad de Aberdeen En 2011, más de una década después de ganar el concurso para construir el Museo Aros de Arte Contemporáneo, los daneses Schmidt-Hammer-Lassen crearon este vanguardista edificio a la quinta universidad más antigua del mundo y con un enorme fondo de manuscritos e incunables. Fachadas diáfanas, acristaladas, para un bloque energéticamente eficiente, con un techo de paneles fotovoltaicos. El Diamante Negro de Copenhague Uno de los edificios más destacables de la Biblioteca Real de Copenhague y ya un icono de la ciudad. Un trapecio construido en 1999 a orillas del Canal de Christianshavn, del cuño del estudio Schmidt, Hammer & Lassen, e incluso les valió una nominación para el importante premio de arquitectura Mies Van del Rohe. La fachada es negro azabache, por ser granito pulido, pero el interior es luminoso gracias a su atrio acristalado. Las paredes de los pasillos interiores tienen forma, ondulada. Además del servicio bibliotecario, esta catedral del saber incluye salas de conciertos, conferencias y exposiciones, y una gran terraza en la cubierta.