Moishan Gaspar, administrador de la galería de arte Sala Gaspar de Barcelona, ha aceptado cumplir un año de cárcel por haber vendido a otra sala de exposiciones de arte cuatro obras falsificadas de Joan Miró con un valor total de 310.000 euros, sabiendo en todo momento que no eran las obras originales.

Según confirma EFE, el acusado ha acordado con la Fiscalía una sentencia de conformidad por la que ha acepta pasar un año en la cárcel por un delito de estafa y la retirada de la responsabilidad civil. El dinero de la estafa ya ha sido devuelto. Además, el ministerio público ha retirado la acusación contra la madre del condenado por falta de pruebas de su participación en el delito.

El incidente ocurrió entre los meses de junio a noviembre de 2016, cuando el protagonista de los hechos, "con el propósito de obtener un enriquecimiento económico injusto", se "aprovechó del prestigio" de su galería y de la relación de confianza que tenía con un cliente. Su relación ya tenía antecedentes en cuestiones de negocios, ya que este le compró otras obras con valores de 50.000 y 100.000 euros.

La víctima de la estafa fue convencido para comprar las obras de Miró porque cayó en la  "creencia errónea de que se trataba de una obra genuina" del pintor. Tal y como apuntan las declaraciones del acusado, dichas obras fueron falsificadas sin autorización de los titulares del derecho de autor o propiedad intelectual, y habían sido confeccionados por una persona no identificada.

En un primer momento, la Fiscalía solicitaba una condena de ocho años de cárcel para el acusado y su madre, además de abonar una cantidad de  21.600 euros por un delito de estafa y otro contra la propiedad intelectual