Con las comuniones “se nos está yendo la pinza” Así de contundente se ha mostrado el el juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, en un artículo que ha publicado en su cuenta de Facebook. La publicación, que lleva por título, Mesura con los convites oficiales, que se nos está yendo de las manos’, tiene ya más de nueve mil comparticiones y no solo ha corrido como la pólvora por las redes en esta última semana, sino que también ha puesto de manifiesto la desmesura que en la actualidad rodea a este acto de fe.

Sin entrar a valorar cuánto de creencia hay en esta celebración, lo que sí hay, y mucho, es gasto. La media ronda los cuatro mil euros.

Del chocolate con churros a la fiesta con animación

Las comuniones de hoy nada tienen que ver con las de antaño. Alejandro festejó ese día hace 45 años, con una “meriendita familiar en casa, un chocolate con churros”. Carmen, lo hizo hace 28, “en un restaurante con algunos amigos y bastantes regalos: un álbum, una muñeca, un libro (…) y hasta una bicicleta”.  

Marta hará su comunión este mismo mes. Su ‘premio’ será un viaje a Eurodisney, el destino estrella que sucede a esta celebración y le han regalado ya tantos relojes de primeras marcas que podría ponerse uno cada día de la semana. Su fiesta tendrá lugar en una finca dedicada a la organización de eventos y un mago se encargará de entretener a pequeños y mayores.

Hasta la comunión más especial de hace dos décadas parecería ‘pobre’ frente a cualquiera de las que tienen lugar en la actualidad.

“Seamos comedidos con los convites, banquetes y regalos de las comuniones, que se nos está yendo la pinza (…) Estamos poniendo el listón demasiado alto. Dejemos algo para cuando se casen”, sentencia en su artículo el magistrado.

Recurriendo a microcréditos

La falta de recursos y la relevancia, cuando menos social, de este tipo de acto, lleva a algunas familias incluso a pedir créditos. Las asociaciones de consumidores advierten de los peligros de este tipo de productos, rápidos, pero con comisiones altísimas.

Nada parece ser suficiente para el que se denomina ‘el día más feliz de su vida’. Así lo bautizan numerosas publicidades y muchos de los progenitores. Calatayud llama la atención también en su escrito sobre “la competitividad en festejos de los papis y mamis para ver quién la lía más parda”.

Del traje a los recordatorios

En la lista de gastos, el banquete y el vestido del anfitrión o anfitriona ocupan los primeros puestos. El cubierto oscila entre los 40 y los 60 euros, y muchos establecimientos incluyen en este precio la animación, que ya no falta en casi ninguna comunión, y las chuches, otro elemento ‘novedoso’.

Los vestidos de niña rondan de media los 450 euros, aunque si el protagonista es chico, el gasto se reduce ligeramente.

A partir de aquí, complementos, (reloj, cadena, pulsera, …), fotos, vídeo, recuerdos y recordatorios. Quizás sea este último apartado el que menos haya variado con el paso del tiempo. Aunque también se han introducido novedades, aquí sí que sigue estando presente ‘el peso de la tradición’. 

Por cierto, Emilio Calatayud ha redactado también unas líneas sobre su regalo para los niños que hacen la comunión, el artículo 154 del Código Civil “Los hijos deben obedecer a sus padres”.