La Navidad es la época perfecta para dar y recibir regalos, tanto para los más pequeños como para adultos. A día de hoy hay infinitas opciones para regalar, sea cuál sea tu edad, tus gustos o tus preferencias. Regalar juguetes, productos de tecnología o moda y cosméticos son algunas de las opciones favoritas entre los españoles para estas fechas.

Sin embargo, los regalos pueden o no gustar a quien los recibe y en este momento se da una situación incómoda. Ya sea porque ya lo tengas, porque no te guste o porque no sea para nada de tu estilo, decirle a la persona que te ha hecho un regalo que no te gusta puede ser difícil.

Hay que armarse de valor y decirlo, así como pedir el ticket regalo, o en su defecto el ticket original, para poder cambiar los regalos. De esta forma, podrás devolverlo en el establecimiento donde haya sido comprado, sin quedar mal con el familiar o amigo que te lo ha regalado.

No obstante, recuerda que podrás hacerlo solo si el establecimiento tiene una política que permite los cambios y devoluciones. Mucha gente piensa que los comerciantes tienen la obligación de aceptar una devolución sin motivos pero la OCU advierte de que no es así. Es decir, las tiendas no están obligadas por ley a aceptar tu devolución si el producto está en perfectas condiciones salvo que lo indique en su política.

La ley no obliga a permitir cambios y devoluciones

Por un lado, si el producto ha sido comprado a distancia, ya sea por internet o por teléfono, o fuera de un establecimiento comercial como puede ser en una reunión en casa, hay un periodo legal de desistimiento de 14 días sin dar explicaciones.

En la misma línea, el propio establecimiento puede conceder un periodo para aceptar cambios y devoluciones por voluntad propia. De hecho, cada vez más tiendas de ropa, calzado o hipermercados lo hacen. Pero no hay que confundirse, lo hacen como gesto comercial y no por ley. Así, pueden poner sus propias condiciones, a las que el consumidor se tiene que adaptar.

Por ese motivo es importante que prestes atención en el momento de comprar el regalo si crees que puede haber posibilidad de cambiarlo. La OCU recomienda fijarse en los carteles expuestos al público así como preguntar al vendedor e informarse correctamente de los detalles de su política comercial.

Así, el establecimiento es quien decide las condiciones y los plazos para los cambios y devoluciones, que pueden ir desde una semana o incluso sin fecha tope en algunos casos. En la misma línea, es quien decide si el reembolso se realiza a través del mismo medio de pago, en metálico o mediante vales de la tienda con validez por un plazo determinado.

Recuerda que hay artículos que no pueden ser cambiados como la ropa interior, productos de higiene o vestidos de fiesta, así como objetos que puedan ser reproducidos como los libros o los discos. Finalmente, el producto debe estar en perfecto estado y, según el establecimiento, incluso debe ir en el empaquetado original, además de presentar el ticket de compra, o en su defecto ticket regalo.

¿Qué pasa si el regalo es defectuoso?

Sin embargo, hay un supuesto en el que la política de cambios y devoluciones es totalmente diferente: cuando el producto resulta defectuoso. En este caso, los consumidores tienen derecho a la devolución del importe íntegro pero también a la indemnización por los daños causados, que pueden ser reclamados en un plazo de hasta tres años.

Si el teléfono móvil que le regalas a tu padre no funciona correctamente o, en el peor de los casos, explota nada más encenderlo, es obvio que el producto no está en buen estado. En este caso, la obligación del comerciante es reembolsarte la cantidad, además de indemnizarte por ello. Lo mismo sucede si los juguetes no están en buen estado y pueden causar algún tipo de lesión, ya sea un simple rasguño.

En este caso, los españoles nos encontramos bajo el amparo de la normativa de consumo, en concreto el Real Decreto Legislativo 1/2017 que aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.

En un primer momento hay que distinguir entre un producto no conforme y un producto defectuoso. La ley no entiende como iguales los fallos de funcionamiento, cubiertos por la garantía del producto y a los que debe responder el vendedor, y los defectos de seguridad, que deben reclamarse a través de la responsabilidad civil al fabricante o importador.

Indemnización por daños físicos, psicológicos o materiales

Pero la diferenciación va más allá. Si se trata de un artículo no conforme, es decir averiado, el consumidor tiene derecho a la reparación o sustitución del producto, así como a una rebaja en el precio o a la resolución del contrato. En este supuesto, los fallos deben comunicarse en los primeros seis meses tras la entrega, siempre que se disponga del ticket de compra.

Sin embargo, si se trata de un producto defectuoso, es decir, que ha provocado un daño por su uso correcto, el consumidor tiene derecho a la devolución del importe íntegro del producto, además de una indemnización por los daños causados, ya sean físicos, psicológicos o materiales.

El problema aquí es que el perjudicado debe probar el defecto, el daño y la relación de causalidad. Por ejemplo, si el uso de un cosmético ha provocado un problema en la piel, es necesario demostrar que ha sido por el cosmético y no por otro motivo.

En esta línea, hay que comprobar también que el daño se haya producido por el uso incorrecto del artículo, sino la indemnización podría reducirse o incluso desaparecer. Aquí se incluye el caso del uso de juguetes no aptos para determinadas edades. Por ejemplo, dejar jugar a un bebé de 1 años con juguetes con piezas pequeñas con las que podría ahogarse.