Estamos a las puertas del mes de septiembre y eso significa el regreso de muchos españoles a la rutina tras un placentero periodo de vacaciones. Esta vuelta a la vida laboral trae consigo, en muchas ocasiones, algún que otro trastorno en forma de estrés o presión después de algunos días de descanso, lo que se conoce como síndrome postvacacional.

Cabe destacar, sin embargo, que la depresión postvacacional no se trata de una patología al uso, sino que se define como un “trastorno adaptativo”. Así lo califica Manuel Fernández Jaria, profesor de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) y especialista en bienestar laboral.  

En declaraciones a ElPlural.com, Fernández Jaria hace una distinción entre este “trastorno adaptativo” y el síndrome de “estar quemado” – Burnout -, al que la Organización Mundial de la Salud sí cataloga como una patología.

Destaca que las personas más proclives a enfrentarse al síndrome postvacacional son aquellas que “no presentan una vinculación emocional a su trabajo muy alta”. El profesor Fernández Jaria sostiene, a su vez, que los trabajadores felices con su ámbito laboral no tienen por qué padecer este trastorno.

¿Cómo se manifiesta?

Mantiene que el síndrome postvacacional “no es un problema generalizado”, sino que está localizado entre aquellas personas que presentan una mayor dificultad para regresar a la “rutina de los despertadores y horarios fijos”.

Cada ser humano es un mundo, de ahí que sus síntomas puedan variar en intensidad e incluso en tipología según la persona, el entorno en el que se desenvuelve y las diversas responsabilidades u obligaciones. No obstante, el cuadro sintomático se asemeja al estrés o a la ansiedad.

En palabras del profesor Fernández Jaria, las personas que padecen el síndrome postvacacional suelen presentar sentimientos de “tristeza, nostalgia, falta de concentración, hastío o incluso ausencia de interés por su trabajo”. No obstante, pese a la distinción inicial, sostiene que podría conducir, en última instancia, al Burnout. Estima, además, que esta ‘depresión’ no suele prolongarse más de cuatro o cinco días.

Métodos para combatirlo

El síndrome postvacacional no es irreversible, ni mucho menos. Existen medios para batallar contra él incluso antes de padecerlo. De hecho, Fernández Jaria propone algún método para hacer el regreso más confortable y suave. Considera que una “incorporación progresiva” o tener los primeros días “sin demasiado contenido” ayuda a esquivar la aparición del mismo.

Para ello, Fernández Jaria hace referencia a la Práctica 5-3-1, del profesor en Psicología y Psiquiatría de la Universidad de Wisconsin-Madison. “Esta herramienta, que a mí me encanta, se basa en meditar cinco minutos antes del comienzo del día, escribir tres cosas buenas que te han pasado en el trabajo y realizar un acto de amabilidad a lo largo de la jornada”, explica Jaria.

Es un entrenamiento mental para facilitar la transición”, destaca el profesor. Además, ha recomendado que los trabajadores tengan los primeros días “sin demasiado contenido”. Asimismo, considera que las empresas deben organizar alguna actividad “para reconectar a los trabajadores”, como una charla motivacional o “un desayuno colectivo”.

Por su parte, el profesor Fernández Jaria ofrece a las organizaciones “una conferencia de 21 hábitos”, lo que define como “una manera suave de comenzar el trimestre del trabajo”.