El libro 'Finding Freedom', la biografía no autorizada de los duques de Sussex, Harry y Meghan, ya a la venta, saca a a luz un sinfín de detalles sobre los comienzos de la pareja y la complicada relación de la actriz con los miembros de la realeza británica, especialmente, con su cuñado, el Príncipe Guillermo.

Los duques de Sussex han aclarado que no fueron entrevistados para el libro ni contribuyeron a la historia de Omid Scobie y Carolyn Durand, autores de la biografía, y su equipo emitió una declaración en la que niegan haber participado en la obra.  Sin embargo, la cantidad de detalles privados evidencia que fueron revelados por personas muy cercanas a la pareja.

La mala relación entre los hermanos

Entre las desavenencias de los duques con la Casa Real británica, que precipitó la salida de Harry y Meghan de Londres, el libro menciona la mala relación entre el príncipe Guillermo y su hermano Harry provocada por el noviazgo con la actriz y que puso en peligro el futuro de la monarquía, según afirman los autores.

Según el libro, se celebró una reunión de crisis en 2019 para "proteger a la institución". Harry estaba enfrentado con su hermano porque a Guillermo no le gustaba lo rápido que iba todo con "esa chica" [Meghan]. Lo que empezó como un simple comentario empeoró cuando la joven pareja se mudó del Palacio de Kensington.

El anuncio de Harry sin autorización de la familia real

En 2017, Harry emitió una declaración personal en la que confirmaba que estaba saliendo con Meghan y defendió a su novia de los ataques racistas y sexistas que ella estaba sufriendo desde que se reveló su relación. 

El joven príncipe insistió en publicarlo a pesar de que su padre estaba en un viaje oficial a Bahréin. Carlos se enteró de la declaración solo 20 minutos antes de su difusión. El anuncio tampoco contó con el permiso de la reina Isabel II.

El príncipe William pidió a su hermano menor que no fuera demasiado rápido en su noviazgo, un consejo que no gustó a Harry y creó tensión entre los hijos de Lady Di y el príncipe Carlos.

“Como William no sabía mucho sobre Meghan, quería asegurarse de que Harry no se llevara por la lujuria”, señalan los autores del libro. “No sientas que necesitas apresurar esto”, le dijo William a Harry, según fuentes de “Finding Freedom”.

“Tómate todo el tiempo que necesites para conocer a esta chica” y, según los informes, el príncipe Harry se ofendió cuando William llamó a Meghan “esta chica”. 

El equipo de palacio estaba muy preocupado porque la pelea de los hermanos no lesionara la imagen del heredero. "Harry estaba molesto porque todo se estaba desarrollando de forma muy pública y porque gran parte de la información que se estaba divulgando era incorrecta", afirman los autores. “Hubo momentos en los que sospechó que las personas que trabajaban con su hermano estaban filtrando cosas para dejar bien a Guillermo, aunque eso significara arrojar a Harry debajo de un autobús. Fue un momento confuso; no sabía a quién ni qué creer, y él y Guillermo no hablaban demasiado, lo que lo empeoró todo", se añade en el libro.

El gesto racista de la prima de Isabel II

El libro toca también algunas muestras de racismo de miembros de la realeza, como el gesto de la princesa Michael de Kent, prima política de la reina Isabel II, quien se presentó con un broche de tintes racistas que representaba el busto de un joven negro a la comida prenavideña que tradicionalmente ofrece la monarca.

"En el fondo de su mente [Meghan] se preguntaba si no se estaba enviando un mensaje en el broche del torso de un hombre africano con un turbante dorado y ropa ornamentada", se narra en el libro sobre la prima política de la reina que sido acusada de racismo en otras ocasiones.

Informaciones sexistas y racistas

El libro también relata los "ataques" de la prensa británica. “Meghan sintió como si algunos de los comentarios y las historias de los tabloides fueran más que un choque cultural; eran sexistas y tenían prejuicios... El racismo toma una forma diferente en el Reino Unido que en Estados Unidos, pero no hay duda de su existencia y lo arraigado que está”.

La primera cita

La biogradía desvela detalles de la primera cita de Meghan y Harry, gracias a un amigo en común y que tuvo lugar en Dean Street Townhouse en el barrio Soho de Londres, durante unas tres horas. “Casi de inmediato estuvieron casi obsesionados el uno con el otro”, dijo un amigo a los autores. “Era como si Harry estuviera en trance”. Tres meses después de su relación, que incluyó citas secretas y viajes a la casa de Meghan en Toronto, el príncipe Harry fue el primero en decirle a Meghan “te amo”. Ella respondió de inmediato: “Yo también te amo”.

El baño al aire libre en Botswana

En los primeros días de su relación, Meghan y Harry viajaron a Botswana para una escapada romántica. A pesar de tener un alojamiento de lujo, pasaron cinco días del viaje “solos”. De acuerdo a la publicación, la ahora duquesa empacó muy poca ropa y “se limpió la cara con toallitas húmedas para bebés y deambulaba feliz por los bosques si necesitaba ir al baño”. 

Amenazas contra la actriz

Después de que su relación se hizo pública, Meghan recibió una “gran cantidad de amenazas”, afirma el libro. Por lo tanto, tomó dos días de entrenamiento por parte del cuerpo de ejército de fuerzas especiales, que le pareció “intenso y aterrador”.

Entre las amenazas racistas, se incluye una carta llena de polvo blanco llegada al Palacio de Kensington, afirman los autores: “Los especialistas en seguridad del Palacio de Kensington interceptaron una carta dirigida a la pareja. Si bien al principio se parecía mucho a cualquier otro correo recibido en la concurrida sala de correo de Clarence House, tenía un escrito racista y un polvo blanco no identificado”. El material, que se temía que fuera ántrax, resultó ser inofensivo. “La noche del incidente, sin embargo, Meghan apenas durmió, y luego admitió a un amigo que le preocupaba que el incidente fuera su ‘nueva normalidad’”.

Un grupo de hackers rusos robaron cientos de fotos personales del príncipe Harry y Meghan Markle, incluidas instantáneas de la reina Isabel II en su boda en el castillo de Windsor en mayo de 2018, en una violación masiva de seguridad a los sistemas de la casa real británica, según la  biografía “Finding Freedom”.