El terremoto que ha asolado Turquía y Siria ha dejado numerosas historias conmovedoras. Una de ellas es la de Aya, una niña recién nacida que, de alguna manera, sobrevivió entre los escombros y fue encontrada unida por el cordón umbilical a su madre fallecida. La neonata se encuentra protegida por agentes policiales en el hospital, después de que varias personas intentasen hacerse pasar por familiares suyos e incluso un grupo armado irrumpiera en el centro. En total, se han reportado hasta tres intentos de secuestro en los últimos días.

Los motivos por los que se están produciendo estas intentonas son principalmente dos: el económico y el religioso / cultural. Aya (cuyo nombre significa ‘una señal de Dios’ en árabe) se ha convertido en el bebé más famoso del mundo y ha sido calificada como “bebé milagro”, con todo el simbolismo que ello conlleva. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), la Brigada Sultán Murad, la milicia que irrumpió en el hospital, tendría motivaciones económicas para secuestrar a la niña: su categorización como “milagro” ha provocado que cotice en los mercados ilegales como si se tratase de un objeto sagrado.

A su vez, el OSDH también asegura que no sólo la milicia ha intentado hacerse con la criatura, sino que el Gobierno sirio también ha expresado sus intenciones al respecto como estrategia propagandística, dando una imagen de “salvador” al Ejecutivo del país.

Es esta doble vía entre el dinero y el culto religioso al milagro la que ha puesto a Aya en el centro de todas las miradas. Haberse abierto paso entre la muerte y la destrucción. Representar algo insólito. Ser tratado como un dios y que te quieran secuestrar. Todo ello, sin siquiera ser consciente de ello porque tienes escasos días de vida. Así es ahora la vida de Aya.

Según ha podido informar el periódico canadiense LaPresse, Aya será adoptada por el tío de su padre, Salah al-Badran, quien se hará cargo de ella una vez salga del hospital y se encuentre a salvo.