Alberto Fernández, presidente de Argentina, ha anunciado este miércoles que su país se hará cargo de producir la vacuna contra la Covid-19 junto con México. Será la desarrollada por la empresa farmacéutica AstraZeneca colaborando con la universidad de Oxford.

Encontrándose ya en la última fase de desarrollo, se estima que la vacuna se pueda tener para la primera mitad del próximo año. Será una cifra de entre 150 y 200 millones de dosis para toda Latinoamérica (a excepción de Brasil), y para garantizar su accesibilidad, ya se ha anunciado que el coste será de poco menos de 4 dólares por vacuna. Se distribuirá a los países latinoamericanos cuyos gobiernos la soliciten de forma equitativa.

En la rueda de prensa, el político ha expresado su satisfacción por la noticia: "Es una gran noticia que México y Argentina sean los puntos referenciales para la producción de la vacuna y que podamos de este modo traer una solución al continente". Además, el presidente argentino ha declarado que espera empezar cuanto antes con el proceso productivo.

Precisamente por esto último llega uno de las características con más riesgo de toda esta iniciativa. Para llegar a los plazos anunciados, la producción se empezará antes de que los estudios de la fase experimental acaben, por lo que se corre el riesgo de perder la inversión si la vacuna no es aprobada. Una decisión lógica si se tiene en cuenta la urgencia de esta parte del continente después de que los datos de infectados asciendan a más de 5.600.000 hasta el día 11 de agosto de 2020.