La lucha por ver cuál es el país que logra conseguir la primera vacuna eficaz contra el coronavirus en el mundo, hace que China, Estados Unidos y Rusia estén trabajando a contrarreloj, como si de la carrera espacial se tratara.

Las vacunas que están tratando de desarrollarse en los principales países, podrían haber pasado algunos protocolos de forma rápida y ello podría generar dudas ante la posibilidad de saber si es un tratamiento eficaz.

El objetivo de inmunizar a la población contra el coronavirus lleva a países como España a seguir las órdenes que establece la Unión Europea. Ni la vacuna china, ni la vacuna rusa generan certidumbre en el resto de países.

Por ello, la Comisión Europea ha cerrado hace unos días un acuerdo con el laboratorio británico AstraZeneca. Tal centro científico cuenta con la colaboración de la Universidad de Oxford. Y, en caso de conseguir la vacuna eficaz, elaboraría 300 millones de dosis que se podrían ampliar con otros 100 millones.

En una entrevista en El Confidencial, el presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García Rojas, asegura que la rapidez de los países poderosos por intentar conseguir el tratamiento cuanto antes “es peligroso”. “Hace perder confianza en el producto a la ciudadanía”, ha apuntado.

Para el experto la posibilidad de creación de una vacuna en China “obedece a temas comerciales, aunque dicen que la van a vender a precio de coste”.

“China tiene un sistema de patentes sui generis y lo cierto es que sabemos poco de esa vacuna”, ha asegurado la consultora de la industria farmacéutica, Raquel Carnero, al medio digital.

“Dicen que van a proteger sus derechos de propiedad intelectual, pero al mismo tiempo hablan de que habrá cooperación internacional, suena un poco ambiguo”, señala.

La Unión Europea no tomará en cuenta los proyectos de Rusia y China. Seguirán de cerca la evolución de la vacuna de Oxford y los proyectos que apoya, como el tratamiento de la farmacéutica francesa Sanofi. España cuenta también con investigaciones propias que podrían permitir la fabricación de un tratamiento eficaz.

La vacuna de Moderna podría llegar a España a través del acuerdo de la compañía con la empresa española Rovi. La entrada a Europa se facilitaría a través de Madrid.

Amós García Rojas asegura en El Confidencial que “habría que apostar por la primera vacuna que llegue al mercado que cumpla con los requisitos de eficacia y seguridad y cuyo desarrollo se haya ido publicando en revistas científicas”.

De igual manera, el presidente de la AEV ve como probable que “a lo largo del primer semestre de 2021, ya se pueda tener un conjunto de vacunas importantes”.