Nadie se había imaginado vivir una crisis pandémica como la provocada por el coronavirus​ durante los últimos meses, con el Ejército desplegado​ por las calles del país para asegurarse el cumplimiento del confinamiento y todo un drama en cada noticia que veíamos. Nadie a excepción de los amantes de las sensaciones fuertes. Algunos ya habían tenido varias experiencias en las que contemplaban un Apocalipsis provocado por un virus microscópico o por cualquier tipo de crisis.

La ciencia ficción abre todo un abanico de posibilidades que, al contemplar la película, deben hacernos sentir como si realmente lo estuviésemos viviendo.  Aunque las imágenes no salgan de la pantalla, si que salen las sensaciones. Los sustos, la angustia o la tensión son muy reales en el espectador. Unas sensaciones que, de hecho, educan a nuestro cerebro y le preparan para hipotéticas situaciones que, quizás, no vivamos nunca. Aunque ya se sabe, la realidad puede superar a la ficción.

Así lo aseguró 'Pandemic Practice: Horror Fans and Morbidly Curious Individuals Are More Psychologically Resilient During the COVID-19 Pandemic', un estudio elaborado por las universidades de Chicago, Pensilvania y Aarhus (Dinamarca). En su publicación, los investigadores han detectado una mejor resistencia mental para afrontar esta crisis en los aficionados a las películas de zombies, virus, invasiones alienígenas, pandemias o cualquier tipo de Apocalipsis.

La clave: Una resiliencia entrenada para superar traumas

Este tipo de espectadores, según el estudio, han cultivado sus capacidad para afrontar situaciones traumáticas, un entrenamiento de la resiliencia individual que también explica el tardío éxito de muchas películas de este género durante el confinamiento tales como Estallido o Contagio. “Los fanáticos de las películas de terror exhibieron una mayor resiliencia durante la pandemia, y los fanáticos de las películas sobre invasiones alienígenas, apocalípticas o de zombies también una mayor preparación. También descubrimos que el rasgo de la ‘curiosidad morbosa’ estaba asociado con una resilencia positiva y con el interés en películas pandémicas durante la pandemia”, se asegura en el estudio, confirmando “la hipótesis de que la exposición a ficciones aterradoras permite al público practicar de manera efectiva estrategias que pueden ser beneficiosas en situaciones del mundo real”. 

Esto aporta una explicación razonable sobre el por qué muchos disfrutamos de este género, ya que  “estas experiencias pueden actuar como simulaciones de experiencias reales a partir de las cuales los individuos pueden recopilar información y modelar mundos posibles. En una experiencia simulada, como una historia oral, una novela o una película, uno puede explorar posibles fenómenos, recopilando información sobre lo que sería la versión real de tal experiencia, y aprendería el éxito relativo de ciertas acciones. Aunque imaginado, estos mundos simulados permiten a un individuo aprender y prepararse para situaciones análogas en el mundo real”.

Situaciones realistas en un entorno bajo control

De hecho, lo que para muchos son simples historietas de fantasía, plantea una diversidad de preguntas útiles cuando llega una crisis. ¿Se puede confiar en las instituciones para resolver el problema?, ¿cómo actúan otras personas en esa situación?.  “A menos que uno ya haya vivido durante una pandemia o haya pasado una gran cantidad de tiempo pensando en estas preguntas, es poco probable que haya considerado esta información antes, y esta información podría conducir a una mejor preparación y psicología”, afirman.

Y es que, aunque sepamos que el zombie de la pantalla no es real, si que puede plantearnos disyuntivas sobre cómo afrontar cierto tipo de problemas. De hecho, los investigadores aseguran que si “los personajes de estas historias exhiben cierto grado de psicología y de realismo conductual, el público también puede aprender cómo es navegar situaciones sociales en un ambiente caótico”.

Por otro lado, también apuntan la utilidad que tiene experimentar sensaciones de miedo en un entorno controlado y seguro: “La ficción de terror permite a las personas experimentar con seguridad emociones como el miedo que generalmente se experimentan como una respuesta negativa. Al provocar miedo en un entorno seguro con pocas o ninguna consecuencia real, la ficción presenta una oportunidad para que el público perfeccione sus habilidades de regulación emocional”.

Con algo de suerte, esta será la única crisis en las que los aficionados al cine de terror estén mejor preparados gracias a una afición. Pero, por si acaso, mejor añadir varios títulos de este género a tu lista de películas pendientes.