Llevan tres años sin facultad y han dicho "basta". Alumnos y profesores de Farmacia de la Universidad de Santiago de Compostela se han movilizado este jueves para exigir que se adopten medidas al respecto. 

Ataviados con batas blancas y entre pancartas en las que le leía "Facultad muerta en Campus Vida", "Tres años de peregrinación", "No más kilómetros", Exiliados", Facultad tóxica", "Necesitamos un lugar donde sentir que pertenecemos a una carrera", "No conozco a mis compañeros" y "Campus de excelencia, facultad en ruinas", estudiantes y docentes han pedido una solución. 

Problemas de estructura y contaminación 

Las instalaciones se cerraron en 2015 porque peligraba la estructura, y a este problema se sumó otro de contaminación del subsuelo. Desde entonces, alumnos y profesores danzan por las distintas facultades del Campus Vida en las que se les ha dejado un espacio: Psicología, Biología, Ciencias Políticas, ... 

En el caso del departamento de Farmacología, la situación es todavía más lamentable. Sus integrantes llevan desde 2007 desplazados de su lugar de trabajo por la citada contaminación, nada más y nada menos que 12 años. 

Respuestas improvisadas 

Hasta la fecha, no hay soluciones a la vista. La Xunta de Galicia ya se ha desmarcado del problema. Hace unos días, preguntada por este medio respondía que "la Universidad es autónoma para gestionar las reparaciones de sus edificios a través de su Servicio de Arquitectura" y que, por tanto, "este asunto excede las competencias" de la Consellería de Educación, Universidade e Formación Profesional.

El rectorado parece improvisar sobre la marcha. La semana pasada reconocían a ELPLURAL.COM que las obras están paradas por condicionantes económicos. "Estamos trabajando para abordar la finalización de la obra en los menores márgenes de tiempo posible, pero no podemos detallar plazos concretos", explicaban. 

Este martes, sin embargo, tras el anuncio de la convocatoria de movilizaciones, en una reunión explicativa, el gerente de la USC, Xavier Ferreira, comunicaba que se va a demoler el frontal de la facultad, donde se ubica el aulario.

A su juicio, esto permitirá "ahorrar 5.500 metros cadrados y unos costes de mantenimiento de unos 250.000 euros anuales". El alumnado ocuparía la parte trasera del edificio, la cual, denuncian los docentes, está en estado lamentable. "Las instalaciones de luza y agua tienen problemas constantes", precisan. 

Según el plan que parece tener la USC, los jóvenes que comiencen primero el próximo curso serán ubicados en esa zona, justo al tiempo que se llevan a cabo los trabajos de demolición. La apresurada solución ha indignado a buena parte de los afectados, que denuncian que "no es factible".  

Sobre los problemas de contaminación, más incertidumbre. Derruído el edificio, se verá cómo atajarlos, si sellando la zona o utilizando una técnica de oxidación.