El aneurisma aórtico abdominal (AAA) es una patología que no produce síntomas; una dilatación de la aorta, difícil de detectar a tiempo, que puede ocasionar la muerte si llega a producirse una rotura de la arteria. Afecta a aproximadamente el cinco por ciento de los hombres mayores de 50 años y a más del uno por ciento de las mujeres que superan los 65.

Sin embargo, a día de hoy no existen tratamientos farmacológicos preventivos y la intervención quirúrgica solo es factible cuando el AAA es mayor de cinco centímetros. Esto hace de vital importancia identificar los mecanismos implicados en la enfermedad para desarrollar nuevas estrategias de diagnóstico, seguimiento y pronóstico de la misma.

Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), en el Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz(IIS_FJD) llevan largo tiempo trabajando en ello.

Han demostrado que en pacientes con AAA, las lipoproteínas HDL, más conocidas como ‘colesterol bueno', capaces de prevenir la acumulación de colesterol en la pared arterial, pierden esa capacidad cardioprotectora, lo que les ha llevado, a estudiar los anticuerpos anti-HDL como potencial marcador en sangre de la enfermedad.

Ahora, han dado un paso más, junto a científicos de la Universidad de Oviedo, el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) y el CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) en el Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB) Sant Pau y han evidenciado la presencia de anticuerpos circulantes frente a una forma oxidada (MDA) de las lipoproteínas de alta densidad (HDL).

Los resultados de este nuevo estudio, publicado en Free Radicals and Biology Medicine, sugieren quelos niveles circulantes de estos anticuerpos anti-HDL-MDA podrían tener un valor como biomarcador diagnóstico y pronóstico”, explica Javier Rodríguez-Carrio, primer firmante de este artículo.

Del mismo modo, añade, “la respuesta inmunitaria frente a las HDL-MDA podría ser un mecanismo patogénico clave en la evolución de esta enfermedad de los vasos sanguíneos”.

El aneurisma aórtico abdominal se caracteriza, generalmente, por la acumulación de colesterol y células inmunitarias en la pared aórtica, lo cual desencadena una respuesta inmune-inflamatoria. Esto hace que el llamado ‘colesterol bueno’ juegue un papel clave, ya que previene esa acumulación de colesterol en células inmunitarias (principalmente macrófagos) en la pared arterial.

Las investigaciones anteriores de los grupos del CIBERCV y CIBERDEM ya habían demostrado que existen formas modificadas de HDL en la aorta y en la sangre de los pacientes con aneurisma. Pero el efecto que tienen estas formas oxidadas “no se había caracterizado”, apuntan los autores del estudio.

Asimismo, el equipo investigador de la Universidad de Oviedo y el ISPA, por su parte, había evidenciado en estudios previos la presencia de anticuerpos generados frente a las HDL (anti-HDL) en diversas enfermedades autoinmunes y en aneurismas.

De ahí que el nuevo estudio, que ha contado con el apoyo de la Fundación La Caixa, pusiera el foco en investigar la presencia de los anticuerpos anti-HDL-MDA en pacientes con AAA y su posible asociación con las características clínicas de la enfermedad.

Para ello, se han analizado los niveles circulantes de anticuerpos dirigidos frente a las HDL-MDA (anti-HDL-MDA) en plasma y tejidos de pacientes diagnosticados con esta enfermedad, personas sanas y modelos preclínicos de la patología.

Respuesta inmunitaria a la oxidación de las HDLs

HDL-MDA como biomarcador

La investigación ha demostrado en ratones que la oxidación de las HDL (colesterol bueno) provoca la pérdida de su capacidad de prevenir la dilatación aórtica, mediante mecanismos relacionados con la respuesta inflamatoria. Además, los autores han detectado la presencia de anticuerpos anti-HDL-MDA en la sangre de ratones inyectados con HDL-MDA y en la aorta de pacientes con AAA, lo que sugiere una respuesta inmunitaria frente a las HDL-MDA como uno de los mecanismos de progresión de la enfermedad.

Por otro lado, se ha observado un aumento en los niveles de estos anticuerpos anti-HDL-MDA en plasma de pacientes con AAA, de forma independiente a factores de riesgo; y los anticuerpos anti-HDL-MDA se han asociado con la mortalidad total.

Ambos resultados apuntan, por tanto, al valor potencial de este indicador como biomarcador, tanto diagnóstico, como pronóstico de esta enfermedad vascular.

En este sentido José Luis Martín Ventura, investigador del CIBERCV en el IIS-FJD, destaca que “la presencia de estos anticuerpos proporciona pistas adicionales para comprender los mecanismos que subyacen a la formación del aneurisma, lo que podría conllevar una mejora en el tratamiento clínico”.

A esto hay que añadir que “la detección de anticuerpos es una técnica relativamente simple, objetiva, reproducible y factible en la mayoría de los hospitales, lo que proporciona ventajas adicionales sobre técnicas más sofisticadas y menos accesibles”, apunta también Rodríguez-Carrio.

La presencia de anticuerpos anti-HDL-MDA, por tanto, podría ser considerada como un marcador (surrogado) de formas oxidadas de lipoproteínas HDL, las cuales son altamente complejas de cuantificar en la actualidad.

En este punto precisan, no obstante, que se necesitan estudios adicionales.“Desde un punto de vista clínico, se justifica una mayor investigación para dilucidar el papel exacto de los anticuerpos anti-HDL-MDA como biomarcadores para la estratificación de pacientes y para el manejo clínico de los mismos, así como su contribución a los mecanismos del aneurisma de aorta abdominal”, concluyen.