Canido, un barrio de la periferia de Ferrol que estaba sufriendo las consecuencias de la despoblación, cuenta desde hoy con la que podría ser la primera obra de Banksy en España. La obra respondería así al llamamiento que desde el pasado verano la marca cervecera 1906 hizo al artista, invitándole a hacer su interpretación más personal de Las Meninas de Velázquez, coincidiendo con el encuentro anual de este movimiento artístico que homenajea al pintor. Los responsables del proyecto se encuentran ahora mismo tratando de verificar la autenticidad de la obra dada la gran expectación despertada en torno a este tema. 

Después de reservar una pared para que Bansky pudiera dar rienda suelta a su Street Art con el objetivo de que el mundo pusiera sus ojos en el barrio ferrolano, hoy es un día de incertidumbre e ilusión para las personas implicadas en este proyecto, que han encontrado una posible respuesta al llamamiento. Aunque esta no tenga forma de Menina, ha despertado la admiración y la alegría de los ferrolanos, ya que ésta podría ser la primera obra oficial del autor en España después de que la hallada en San Sebastián fuera borrada y no obtuviera confirmación de la autoría.

 “Aunque desconocemos la originalidad o no de la obra aparecida en el espacio que fue reservado a Bansky, consideramos que la intención de hacer presente el arte del más grande artista urbano del mundo nos hace merecedores de dignificar nuestro proyecto haciéndolo más grande aún”, afirma Eduardo Hermida, el artista gallego que comenzó este proyecto. Y prosigue: “Si el artista acude a nuestra llamada, hace que las Meninas de Canido sea un proyecto universal y, si se trata de un triste falsificador, dota a nuestra iniciativa de la capacidad de la reproducción para que autores desconocidos puedan enseñar sus técnicas inspiradas en los más grandes. Sea como sea, Las Meninas de Canido alcanzan la consolidación como referente en el arte urbano actual”.

La acción de 1906 obtuvo el pasado verano un enorme eco nacional e internacional consiguiendo visibilizar el barrio de Canido en Ferrol tanto a través de los medios de comunicación españoles como a través de una campaña de publicidad en vallas y medios extranjeros como The Times, The Daily Telegraph, La Repubblica, Le Parisien o The Guardian que buscaba trasladar el mensaje al propio Bansky. 

La originalidad de esta acción y el éxito obtenido en su difusión han tenido un gran impacto que recientemente se ha visto reconocido por su innovadora propuesta en los premios Genio. Mónica Vizcaíno, Directora de Marketing de Hijos de Rivera, expresaba hoy que: “Estaríamos encantados de que Bansky hubiese respondido a nuestro llamamiento para participar en una acción que tiene un retorno real en la vida de las personas a través de la revitalización de un barrio de Ferrol pero de momento debemos ser prudentes hasta que podamos confirmar la autoría de la obra” 

Una cita anual con el arte urbano desde 2008

Este movimiento artístico, celebrado cada año el primer fin de semana de septiembre y que lleva ocho ediciones congregando hasta a 35.000 personas, es toda una oda al arte alrededor de la pintura, la música, la artesanía o la fotografía a la que acuden 1.200 artistas. Todos ellos, procedentes no solo de España, sino también de todas partes del mundo, para así dejar su legado en el barrio ayudar a proyectar Canido de forma global tal y como pretendía Eduardo Hermida cuando comenzó este proyecto en 2008 para impedir una fuga de habitantes.

En la actualidad, la posible obra de Banksy comparte espacio con más de 250 pinturas de autores de la talla de Antón Patiño, Menchu Lamas, César Lombera, Moncho Borrajo, Víctor Coyote o Jorge Llorca, entre otros, que han hecho de las paredes del barrio de Ferrol su lienzo para plasmar su particular visión de la obra más célebre de Diego Velázquez.

Campaña de marketing

La supuesta obra de Bansky y lo sorprendente de ello invita a pensar que se trata de una campaña de marketing por parte de la marca de cerveza y los encargados del proyecto de las Meninas de Canido. A simple vista resulta difícil pensar que el dibujo en el que se ven dos guardias civiles besándose sea realmente original.