Es, probablemente, una de las grandes revoluciones que ha experimentado y va experimentar el mundo de la cardiología. Los marcapasos ‘micra’, suponen uno de los “avances disruptivos más importantes dentro de esta especialidad médica”. Lo cuenta a ELPLURAL.COM, el doctor Xavier Viñolas, director de la Unidad de Arritmias del Hospital Quirónsalud Barcelona, el primer centro privado en Cataluña en implantar estos pequeños dispositivos que miden tan solo “0,8 centímetros y pesan 2 gramos”.

Por el momento, tan solo cuatro centros en España los colocan “de forma regular, con una media de 20-30 al año”, pero es más que probable, que, en el futuro, esta técnica se extienda a casi todos los hospitales.

A día de hoy, estos nuevos ‘minimarcapasos’ solo pueden sustituir a los unicamerales convencionales, “los que estimulan una sola cámara”. Eso sí, en nuestro país, estos representan ya el 40% de los marcapasos”, subraya este médico, uno de los que mayor experiencia tiene en nuestro país en la colocación de los novedosos mecanismos. En el futuro, sin embargo, es muy probable que “se puedan sustituir todos los demás”. “La técnica será más simple y los dispositivos más sofisticados”.

Sin cirugía

El ‘minimarcapasos’ micra “tiene forma de cápsula, no lleva cables y no necesita operaciones quirúrgicas para ser implantado”, lo que supone una auténtica revolución.

Lo que se hace es un “cateterismo”, cuenta a este medio este especialista del Hospital Quirónsalud Barcelona. “A través de la arteria femoral, se introduce un catéter que libera la cápsula cuando llega al corazón, concretamente al ventrículo. El dispositivo tiene cuatro ‘patas’ flexibles que se anclan a las paredes de éste, que en contra de lo que se piensa, no es lisa, sino que está llena de trabéculas. Una vez implantado, se retira el catéter”.  

El proceso dura tan solo entre 30 y 60 minutos y el paciente recibe el alta hospitalaria en menos de 24 horas.

No practicar una cirugía reduce enormemente la tasa de complicaciones, sobre todo el riesgo de infecciones. “La infección por el contacto del cable con el torrente intravascular, es una complicación poco frecuente pero gravísima”, relata el doctor Viñolas.  

Hay que tener en cuenta, además, que la mayor parte de los pacientes que requieren un marcapasos son de edad avanzada, entre 70 y 80 años, son “casos en los que el corazón, por un bloqueo, porque el sistema de conducción cardiaco se va deteriorando con la edad, o por otro tipo de bradicardia, va mucho más lento de lo normal”, con 20 o 30 latidos por minuto, causando “pérdidas de conocimiento o incapacidad de ejercicio”. Esto hace todavía más importante que no se precise cirugía, dado el riesgo que conlleva someter a una operación a pacientes de esta edad.

Por otro lado, “tampoco hay cicatrices y desaparece la incomodidad de llevar un aparato bajo la piel”, lo que se suma a las ventajas.

Más duraderos

Pero los beneficios no acaban aquí. En los marcapasos convencionales al final el electrodo falla. “Si se rompe o deja de funcionar, hay retirarlo, practicando una operación compleja y arriesgada para el paciente”, relata el director de la Unidad de Arritmias del hospital barcelonés. 

Con estos minimarcapasos, “eliminamos un punto débil del sistema”. Estos dispositivos “llevan una pila de litio que prolonga su duración hasta los 10-15 años, de manera que en muchos casos no habrá necesidad de cambiarlos”.

Asimismo, ya es posible su control a través de internet, por lo que los pacientes tienen un seguimiento rutinario telemático, y no han de desplazarse hasta el centro sanitario, lo que “mejora de forma exponencial su calidad de vida”.

El coste del ‘micra’ de momento, es muy superior al de un marcapasos convencional, “si evaluamos solo el precio del dispositivo”, aclara el doctor Viñolas. Los números varían si “tenemos en cuenta el gasto que implica meter a un paciente en quirófano y el ingreso hospitalario”.

Comenzaron a comercializarse hace aproximadamente un año. En este tiempo se han implantado unos 2.500 en el mundo. El Hospital Quirónsalud Barcelona es uno de los centros que más regularmente los coloca. Ahora se dedica también “al entrenamiento de otros hospitales para que esa técnica sea abordable por todos los demás”.